El desembarco de soldados marroquíes el jueves en un islote cercano al enclave español de Ceuta ha impulsado a España a reforzar sus fuerzas militares en la zona y acrecentó la tensión ya existente entre Madrid y Rabat, en el mismo día en que el rey de Marruecos, Mohamed VI, celebraba su boda. "La ocupación del islote de Perejil (Leila, para los marroquíes) constituye un acto inamistoso e incompatible con el tratado de amistad y cooperación bilateral firmado en 1991" afirmó ayer el vicepresidente primero del Gobierno español, Mariano Rajoy. El ejército marroquí instaló un puesto de observación en isla Perejil, en una acción que ha sido categóricamente condenada por España.
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