Londres. - El Reino Unido reconoció ayer por primera vez que está de acuerdo con España para establecer una soberanía compartida sobre Gibraltar, iniciativa que será sometida a un referéndum entre los habitantes del peñón. El ministro de Relaciones Exteriores británico, Jack Straw, afirmó que ambos países "estaban más cerca que nunca de poner fin a casi 300 años de historia tensa". "La disputa afecta también a los intereses británicos porque tratamos de construir una alianza estratégica con España en favor de una Unión Europea que ambos buscamos", dijo Straw.
El canciller destacó los progresos logrados desde el inicio de las negociaciones sobre Gibraltar en 2001, sobre todo mediante el establecimiento de principios básicos sobre los cuales podrá reposar un acuerdo permanente. El primero de estos principios es que "Gran Bretaña y España deben compartir la soberanía de Gibraltar", declaró Straw. Pero en una señal de que aún hay serias diferencias entre Londres y Madrid, Straw agregó en la Cámara de los Comunes que "la única manera de lograr un futuro estable y próspero para Gibraltar era a través de un acuerdo global y permanente sobre este territorio".
Soberanía a largo plazo
Madrid reclama por su parte un acuerdo transitorio, que no descarte una soberanía española total a largo plazo. Este gesto de Londres hacia Madrid se produce cuando las negociaciones parecían estancadas desde hace algunas semanas. Los dos países se dieron hasta el verano (boreal) para llegar a un acuerdo, pero al día siguiente de la reunión a finales de junio entre Straw y su ex homólogo español Josep Piqué, éste reconoció que sería difícil respetar el plazo.
Pese a reconocer la importancia de la base militar de Gibraltar para Gran Bretaña, Piqué dijo que las negociaciones abarcaban también las instalaciones militares. La remodelación ministerial llevada a cabo el martes en España frenó aún más el proceso. La nueva ministra de Asuntos Exteriores española, Ana de Palacio, ha pedido tiempo para poder estudiar en detalle el estado actual de las negociaciones. La oposición conservadora lanzó inmediatamente acusaciones de "traición y deshonor".
El intento de solución a la disputa bilateral de tres siglos fue de inmediato también rechazado por el líder de esa colonia. "Es más factible que el infierno se congele antes de que el pueblo de Gibraltar vote en favor de una soberanía conjunta con España", dijo el ministro primero de Gibraltar, Peter Caruana.
España y Gran Bretaña reanudaron negociaciones en 2001 para llegar a un acuerdo sobre Gibraltar, un territorio de 6 km2 situado en el extremo sur de la península ibérica. El peñón, que permite controlar la entrada al Mediterráneo, está bajo jurisdicción británica desde el tratado de Utrecht de 1713. España reclama desde entonces su devolución, pese a la decidida oposición de los gibraltareños, que rechazan una soberanía compartida. (AFP y Reuters)