Año CXXXV
 Nº 49.537
Rosario,
sábado  13 de
julio de 2002
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EEUU paga la fiesta bursátil de los 90
Los escándalos contables son el resultado de la expansión desprejuiciada de la decáda pasada

Pascal Reynard

Washington. - Estados Unidos está pagando, con los escándalos financieros de estas semanas, los excesos del fin de los años 90, marcados por una fantástica carrera por los beneficios y un crecimiento sin precedentes de las empresas de nueva tecnología en un marco de desregulación.
Al prometer el martes en Wall Street conducir a las corporaciones a una "nueva era de integridad", el presidente George W. Bush señaló claramente la causa de todos los males: "el afán de lograr ganancias vertiginosas a fines de los años 90 provocó abusos y excesos. Al señalar con el dedo esos años "locos" -en los cuales Estados Unidos era a menudo citado como ejemplo por su maravilloso dinamismo económico-, Bush se enmienda y traslada la responsabilidad de los escándalos a la administración precedente, del demócrata Bill Clinton, entonces en el poder.
Pero más allá de su aspecto político, el argumento del presidente republicano corresponde a la realidad, subrayan los analistas. Todos los casos surgidos en los últimos seis meses se explican por lo que pasó en la última década, pero hasta hace muy poco Estados Unidos prefirió mantener los ojos cerrados.
"El mayor problema es que los inversores estaban muy contentos en los años 90 por no ver lo que pasaba (cuando la bolsa subía fuertemente). Ahora pagan el precio", al hundirse los precios bursátiles, explica Stephen Gallagher, analista de la Société Générale.
Enron, WorldCom, Qwest, Global Crossing, Tyco..., todos los grupos actualmente en el centro de los escándalos se transformaron en mastodontes en el correr de la última década, comprando a diestra y siniestra a competidores o diversificándose. Para financiar su expansión, era necesario que ingresaran en la bolsa y agradaran a los analistas. El resultado: casi todos estos grupos manipularon su contabilidad para registrar beneficios a cualquier precio, inflar su volumen de negocios y esconder su enorme endeudamiento.

Desregulación cuestionable
Otra característica de las empresas que se encuentran en el corazón de los casos escandalosos es que pertenecen en su gran mayoría a dos grandes sectores de actividades, en los que la desregulación fue más fuerte: la energía y las telecomunicaciones.
Como WorldCom, que aprovechó de lleno el plan de restructuración de las telecomunicaciones, Enron es el prototipo del beneficiario de la desregulación, logrando transformarse en pocos años en el número uno mundial del corretaje en energía.
Estados Unidos, donde los escándalos amenazan incluso la recuperación económica, paga entonces la factura de los excesos de fines de los años 90, pero este fenómeno no es realmente nuevo.
El estallido de la "burbuja" de Internet y de las nuevas tecnologías, que comenzó a mediados de 2000, es actualmente considerado como uno de los principales factores de la desaceleración del crecimiento económico estadounidense a fines del año 2000 y que se transformó en recesión en 2001.
Este fenómeno afectó de lleno a toda la industria estadounidense, que comienza apenas a salir de su letargo. Aunque la herencia del fin de los años 90 aún pesa sobre la economía estadounidense, como lo muestran los escándalos o la crisis del sector de las telecomunicaciones, la burbuja de Internet ha sido actualmente totalmente borrada. El índice de la bolsa electrónica Nasdaq se sitúa en su nivel más bajo desde la primavera boreal de 1997. (AFP)



George W. Bush se reunió ayer con Harvey Pitt.
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