Miami. - Un día después de que el presidente estadounidense George W. Bush anunciara una cruzada contra el fraude en las grandes empresas que han afectado la confianza de los inversores, un grupo que investiga la corrupción gubernamental interpuso una querella contra el vicepresidente Dick Cheney por presuntas prácticas contables fraudulentas. La demanda está presentada por Judicial Watch contra Cheney y la empresa petrolera estadounidense Halliburton (una compañía que suministra productos y servicios a la industria energética), de la que el actual número dos de la Casa Blanca fue presidente entre 1995 y 2000. "Cheney está demandado como partícipe directo, cómplice y conspirador en actos fraudulentos, omisiones y artificios contables", se indicó en la querella entablada por accionistas en Dallas. "Hay gente inocente que se ha visto afectada, gente de escasos recursos. Nosotros los representamos", dijo el presidente de Judicial Watch, Larry Klayman, durante una conferencia de prensa en Miami (Florida).
La demanda contra Cheney y otros directores de Halliburton involucrados se basa en "prácticas contables presuntamente fraudulentas que sobrevaloraron las acciones de la compañía, defraudando a inversores y a otras personas", indicó Judicial Watch en un comunicado. Halliburton, gigante de servicios petroleros con sede en Texas, reconoció a fines de mayo que estaba siendo investigada por la Comisión de Operaciones Bursátiles (SEC) por sus prácticas contables durante el período en que Cheney estuvo al frente de la compañía.
Cruzada anticorrupción
La acción legal se produce un día después que Bush prometiera perseguir con más firmeza y castigar con mayor severidad a los directivos de empresas que cometan delitos. "Mi gobierno hará todo lo posible para poner fin a la era del fraude en las cuentas, del maquillaje de la verdad y de los incumplimientos de la ley", declaró el martes en Nueva York el presidente ante un grupo de empresarios, a escasos metros de Wall Street.
Dos accionistas -una pareja de Nuevo México y otro demandante de Indiana- figuran como querellantes en la querella interpuesta en Dallas, con el apoyo de Judicial Watch. En la demanda se acusa a Halliburton de falsear sus cuentas para inducir a potenciales inversores a adquirir acciones de la compañía.
Klayman aseguró que la empresa infló artificialmente su valor accionario en 1998 y que exageró sus ingresos en 445 millones de dólares desde 1999 hasta finales de 2001. Los querellantes pretenden obtener "los máximos daños y perjuicios autorizados por la ley de Texas" y por ello piden "millones y millones de dólares", dijo Klayman.
Esta demanda se produce mientras en EEUU se multiplican las revelaciones sobre el "maquillaje" contable de numerosas corporaciones, lo que genera una creciente crisis de confianza en el sector. Judicial Watch está considerando la posibilidad de tomar acciones contra el propio Bush por su pasado rol en otro escándalo financiero que afectó a la ahora desaparecida Harken Energy Corporation, con sede en Texas. "El asunto está en curso. Hay que dejar claro que nadie está por encima de la ley", aseguró Klayman, quien calificó de cosméticas las propuestas de Bush contra el fraude empresarial. "Está intentado alejar de sí mismo y de su vicepresidente el foco de la atención", añadió. (AFP y DPA)