Menotti es un especialista en intervenir en conversaciones sobre aquello que no se nombra. Y como a esta altura de su vida no puede controlar su genio, las contradicciones suelen ganar notoriedad dejando expuestos a la persona y al personaje. Y esto no se resuelve de acuerdo a cierta dialéctica de manual, sino que se cristaliza en una tensión existencial. Esa misma tensión que permite la convivencia de grandes gestos con pequeñas ruindades.
-¿Creés que hay dirigentes que te quieren voltear?
-No me importa si me quieren voltear, las únicas ganas que tengo es que estos pibes jueguen bien y que zafemos de la situación en la que estamos. Me quedo porque es Central, si hubiera sido Boca o River ya me hubiera ido a la mierda. Además cuando yo me encapricho para pelear, peleo. Me he peleado con medios mucho más importantes hace 40 años y me la aguanté.
-¿No creés que la presencia de tu hijo les molesta a los dirigentes?
-Mi hijo no tiene ni tuvo otra presencia que la de responder a un pedido de los directivos. Mi hijo no fue y les dijo tengo un negocio para hacer, fueron los directivos los que lo buscaron. Cuando yo les planteé la cosa me dijeron que no tenían una moneda.
-¿Por qué agarraste si sabías que no te iban a traer refuerzos?
-No, pará. Ellos me habían dado la palabra de que iban a hacer un esfuerzo para traer los jugadores que yo necesitaba. La cagada fue que me tuve que ir al Mundial porque tenía un contrato firmado y cuando hablaba por teléfono desde allá me decían hoy viene, mañana, pasado. De última me llamó mi hijo y me dijo que Mandra no esperaba más y entonces le dije que lo parara hasta que yo llegara.
-Antes hablaste de que el periodismo no hace nombres, ¿vos tampoco los hacés cuando hablás de los periodistas que trabajan para algunos dirigentes?
-Sí, pero sé muy bien quiénes son. Además, si ese periodista que puso eso en el diario me lo dice en la cara, tiene que estar dispuesto a pelearse hasta las últimas consecuencias, hasta que uno de los dos muera. Yo jamás digo que un periodista es ladrón, ahora boludo no soy. Nací dentro de una cancha de fútbol y recontraconozco todos los negocios del fútbol.
-¿Qué hacés si cerca del torneo te venden a algún jugador?
-Si me venden a Figueroa o el Cata Díaz me voy.
-Algunos representantes rosarinos también levantaron la voz y dijeron que desde tu llegada a Central el curro sólo se lo llevan vos y tu gente.
-Qué curro (se pone serio), yo no tengo ningún curro. Dicen eso porque a ellos se les acabó el curro. Ya no pueden tener 50 jugadores de las inferiores como ocurrió históricamente en Central. Pero insisto, tampoco es responsabilidad de ellos, lo peligroso es que se avance de tal manera hasta descapitalizar a Central y que el club termine sólo trabajando para empresarios. Porque hasta que yo llegué, De Bruno no costaba demasiada plata. Vamos a parar la mano, este negocio no lo quieren, nunca les interesó y punto. ¿Sabés por qué? Para ganar el 10 por ciento de una operación sobre 500 lucas tienen que esperar que Ferrari se venda y que Central decida venderlo. No nos olvidemos de que Central tiene el 90 por ciento del jugador. Cómo van a explicar no hacer este negocio de Mandra y Pino si al club no le sale un peso traerlos. Estás sacando el 10 por ciento de un jugador que todavía no se sabe ni cuánto vale, si traen a Pino y Mandra por el 50 por ciento de Figueroa yo soy el primero en decirle no porque los dos jugadores no valen ni el 50 por ciento de Figueroa en este momento.
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La Ciudad
