Las autoridades de Botswana, el país africano que ha visto cómo su riqueza ha caído en picada y se ha convertido en la zona más golpeada por el sida, aseguraron que enfrentan una verdadera extinción a causa de la enfermedad. Un 39 por ciento de los adultos está infectado con el VIH en el país africano, con tasas que superan el 50 por ciento en el noreste y entre las madres embarazadas de los centros urbanos. La epidemia se le fue de las manos a los gobernantes de Botswana que ven cómo todos sus esfuerzos por controlarla son inútiles. "Estamos todos involucrados en una lucha contra la muerte", dijo el ministro de Sanidad, Joy Phmaphi, en Barcelona, en donde asiste a la Conferencia Internacional sobre Sida. "Nuestra estrategia comprensiblemente está todavía dando sus primeros pasos y las cifras de la infección no pueden ser aún controladas por nuestros desesperados planes e iniciativas". Los científicos habían pensado que el sida había alcanzado su límite de infección en el Africa subsahariana donde 28 millones y medio de personas padecen la enfermedad. Pero el caso de Botswana ha echado por tierra las previsiones más pesimistas. La esperanza de vida para 1,6 millón de personas en Botswana ha caído hasta situarse por debajo de los 40 años por primera vez desde 1950. Los estudios sugieren que todavía puede caer hasta los 30 si no se controla la terrible expansión del virus. "Nos enfrentamos a una extinción", advirtió el médico Banu Khan, director de la Agencia Nacional de Coordinación del Sida. Hasta hoy los esfuerzos del gobierno se han enfocado en la prevención. Pero desde principios de año Botswana se convirtió en el primer país de Africa en adoptar un programa dividido en fases para suministrar medicamentos a sus ciudadanos gratis. Las minas de diamante de Botswana, las más grandes del mundo, le dan al país una mayor solvencia financiera que muchos de sus vecinos. Supone una renta per cápita de 3.300 dólares lo que es siete veces más que la media de los países del Africa subsahariana. Pero el sida está diezmando a los trabajadores y en consecuencia está bajando la producción. (Reuters)
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