Año CXXXV
 Nº 49.531
Rosario,
sábado  06 de
julio de 2002
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Avanza la investigación del insólito choque aéreo en el sur de Alemania
Los datos de una caja negra complican a los controladores suizos
El piloto ruso dio el alerta a la torre y no al revés, como dijeron los helvéticos, que no tenían teléfono

Zurich. - El avión Tupolev 154 que chocó la noche del lunes contra un Boeing 757 en la frontera suizo-germana a 10.000 metros de altura avisó a la torre de control suiza, 90 segundos antes del impacto, que estaban en riesgo de colisión. El dato emerge de una de las dos cajas negras rescatadas según informó la autoridad alemana a cargo de la investigación. Se agrava así aún más la situación de los controladores de vuelo suizos, quienes inicialmente habían afirmado que el avión ruso no se había comunicado y que fueron ellos los primeros en llamar a la nave para alertar de la inminente colisión.
Este dato contra el servicio suizo de control aéreo se suma a otros hechos, como que al momento del desastre en la cabina de control de Zurich había sólo un controlador, en lugar de los dos que como mínimo -más un supervisor- establecen las normas. Ayer se supo que tampoco funcionaba correctamente la conexión telefónica, dato que se suma a que el sistema anticolisión de la torre de control estaba desconectado por mantenimiento. Y que el único controlador presente debía atender a dos pantallas de radar: una para dirigir un avión en un aeropuerto alemán vecino y la otra para controlar a los aviones en ruta, entre ellos los dos del accidente.

90 segundos cruciales
Pero el punto más grave es que, según los resultados de la caja negra del Tupolev, el piloto ruso había pedido autorización a Zurich para cambiar de dirección 90 segundos antes del impacto, precisamente para evitar el choque. Más aún, la respuesta desde la torre llegó con mucho retraso, 44 segundos antes del impacto, y luego de una segunda llamada desde el avión ruso. La versión no proviene, como el jueves, de fuente rusa, sino de Peter Schlegel, jefe del departamento federal alemán sobre accidentes aéreos (BFU, por sus siglas en alemán). Este organismo está a cargo de la investigación del accidente, que costó la vida a 71 personas, entre ellas, 52 niños rusos.
Además, ayer se agregó otro elemento que agrava la situación de los controladores suizos. La BFU aseguró que la línea telefónica de los controladores estaba desconectada "por trabajos de mantenimiento". El mismo argumento usado por los suizos para justificar la desactivación del sistema computarizado anticolisión.
Según la BFU, en el momento del accidente, el controlador suizo que quedó solo tenía que vigilar dos pantallas de radar. En una seguía el aterrizaje de un avión en el aeropuerto alemán de Friedrichshafen, mientras que en la otra supervisaba cuatro aviones, entre ellos las dos aeronaves siniestradas. Al no funcionar el sistema de alerta de radar, el controlador no recibió de la computadora una señal de alarma.
Las investigaciones apuntan a que el controlador, a través de una línea telefónica de reserva, trató de hablar con el aeropuerto de Friedrichshafen para entregar la supervisión de una máquina. Sin embargo, entre las 23,25 y las 23,33 no tenía línea. A las 23,34 y 49 segundos contactó con el Tupolev y lo instó a hacer un vuelo de descenso para evitar la colisión con el Boeing. Como el avión ruso no contestó, repitió el mensaje a los 14 segundos. Estas comunicaciones no se contradicen con el hecho de que haya sido el piloto ruso el primero en lanzar la alarma. No obstante que el avión ruso hizo un descenso de 200 metros en pocos segundos, la colisión no pudo evitarse, ya que el Boeing 757 de la empresa de correos DHL hizo un descenso al mismo tiempo que el Tupolev, indicado por su sistema computarizado anticolisión.

Las cajas negras, dañadas
Mientras tanto, la oficina de investigaciones alemana comenzó en Brunswick a examinar las cuatro cajas negras de los dos aviones. Los expertos no pudieron constatar hasta el momento si los dispositivos, que se encuentran gravemente dañados, contienen los datos completos. Pero sí trascendieron algunos datos clave como los citados.
En tanto, Rusia volvió a defender a la tripulación del Tupolev 154, pero esta vez a alto nivel oficial. "La tripulación rusa no es culpable de nada. Todas sus maniobras fueron correctas", declaró el viceministro ruso de Transporte, Karl Ruppel, en base a las primeras informaciones descifradas de las cajas negras que recibieron los expertos rusos que participan en la investigación.
Además de la eventual responsabilidad del controlador suizo, la investigación deberá también establecer un eventual desperfecto en el sistema de alerta del Boeing estadounidense. Si ese mecanismo no lo hubiese hecho descender, el accidente no hubiera ocurrido.
En tanto, la policía continuó la búsqueda en la zona del lago de Constanza de los dos cadáveres de las víctimas del accidente que aún no han sido rescatados. También continuó la recolección de los restos del avión. En el cuarto día tras la catástrofe actuaban en la zona 600 agentes y se mantenía aislado el lugar del accidente. Hasta el momento, sólo fueron identificados cinco cadáveres.



Una grúa removió ayer los restos de la cola del Tupolev.
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