Entre los clientes de Elena Ferrari no faltan los músicos. Ella recuerda que tuvo el gusto de venderle la primera guitarra a Ernesto Bitetti, a quien, con una sonrisa, llama "Ernestito". Su pasión por la música clásica se desarrolló en un hogar donde lo que se escuchaba eran los géneros populares. Sin embargo, recuerda Ferrari, su padre se tomaba el trabajo de buscarle en la radio las audiciones de música clásica. Claro, eran otras épocas, ya que por aquellos años había un gran abanico del cual elegir, y cada noche la radio ofrecía conciertos de los grandes artistas del mundo, cuando la televisión era apenas un proyecto.
| |