Jerusalén. - Un palestino suicida detonó ayer una carga de explosivos dentro de un autobús repleto de estudiantes y empleados de oficina, causando 19 muertos y más de 50 heridos, en el peor ataque en Jerusalén en seis años. El atentado con bomba se produjo en un cruce muy transitado en el sur de Jerusalén, cerca del asentamiento judío de Gilo.
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, prometió combatir el "terror palestino", mientras inspeccionaba la matanza causada por el atentado, que podría afectar el plan del presidente estadounidense, George W. Bush, de establecer esta semana un marco de referencia para el proceso de paz en Medio Oriente.
Al anochecer, tanques israelíes entraron en la ciudad cisjordana de Jenín, bastión de militantes palestinos, y fueron blanco de disparos, dijeron testigos. Más vehículos militares se aproximaban a la ciudad. El ejército no ofreció comentarios de inmediato, pero el gabinete se seguridad de Sharon acababa de finalizar una reunión en Jerusalén y, según fuentes de seguridad, había decidido tomar "alguna acción militar pronto".
La explosión, en el sur de Jerusalén, convirtió el colectivo número 32 en un amasijo de metales retorcidos. El ruido de las sirenas no pudo acallar los gritos de los heridos, que yacían en el suelo en medio de grandes charcos de sangre. La policía dijo que varios adolescentes estaban entre los muertos y que muchos niños resultaron heridos en el ataque, que se atribuyó el grupo islámico Hamas. El chofer del autobús estaba sentado muerto en el sillón del conductor.
Horas después, tropas israelíes emplazadas cerca de la dividida ciudad de Hebrón mataron a balazos a un militante palestino requerido por el asesinato en marzo de dos observadores internacionales en Cisjordania, dijeron fuentes israelíes de seguridad. El atentado se produjo poco después de que Washington y el líder palestino, Yasser Arafat, criticaron los planes israelíes de levantar una cerca de seguridad en su frontera con Cisjordania para evitar la infiltración de atacantes suicidas.
Hamas dijo que perpetró el atentado en venganza por las matanzas de palestinos perpetradas por Israel, y prometió que habrá más ataques. "Decimos a todos los sionistas que preparen sus féretros y sus tumbas porque van a morir por cientos", dijo en un comunicado.
La policía israelí había estado en alerta en medio de una andanada de advertencias de que había militantes en el área, pero no logró atrapar al hombre que se voló con una bomba repleta de clavos y metralla.
No al Estado palestino
Sharon se dirigió a la escena del ataque, donde caminando frente a una línea de cadáveres colocados en bolsas plásticas sobre el pavimento, declaró su oposición a todo plan de declarar un Estado palestino próximamente. "Esta cosa terrible que estamos viendo es la continuación del terror palestino y tenemos que luchar contra este terror y eso es lo que haremos", agregó el premier durante su inspección, que según la prensa israelí fue su primera al lugar de un ataque suicida.
El ataque coincidió con una evaluación de la política de Washington para Medio Oriente y planes de Bush de delinear antes de que finalice la semana un acuerdo de dos estados para resolver el conflicto palestino. La Casa Blanca dijo que Bush condenó el ataque "en los términos más enérgicos", pero indicó que no afectará el contenido ni la fecha del discurso.
La Autoridad Palestina condenó el atentado y rechazó las acusaciones israelíes que le atribuyen responsabilidad por el sangriento hecho. Sin embargo, pidió la ayuda estadounidense para detener los ataques israelíes en áreas palestinas que, según dijo, obstaculizan a sus fuerzas de seguridad. (DPA y Reuters)