Los gobernadores de Neuquén, Jorge Sobisch (Movimiento Popular Neuquino), y de Río Negro, el radical Pablo Verani, son tradicionalmente opositores. Por eso el anticipo realizado a los medios de comunicación por Sobisch y los planteos de formar una sola provincia de La Pampa hacia el sur no fueron recibidos de la mejor manera por Verani, sobre todo teniendo en cuenta que mientras Río Negro sufre duramente la crisis, Neuquén está pasando por un momento de relativa bonanza económica. Según Sobisch, la sola unificación de ambas provincias generaría un importante ahorro de gastos políticos y estructurales, a la vez que daría paso a un distrito de gran importancia económica, de unos 297.100 kilómetros cuadrados, un millón de habitantes y un nivel de exportaciones cifrado en unos 850 millones de dólares anuales. Río Negro tiene una intensa actividad frutihortícola, de ganadería y turística, principalmente centralizada en la andina ciudad de Bariloche y sus alrededores. Sin embargo, la provincia se encuentra en una profunda crisis, con largos atrasos en el pago de salarios a los empleados públicos y los sistemas educativos y de salud con graves problemas presupuestarios. En cambio, Neuquén obtiene la mayor parte de sus recursos de la explotación de hidrocarburos, a la vez que también explota el turismo en la región andina. Su situación económica es mejor, ya que cobra amplias regalías por la extracción de gas y petróleo en dólares, lo que permite el buen funcionamiento de la estructura pública.
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