Año CXXXV
 Nº 49.504
Rosario,
domingo  09 de
junio de 2002
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Un obrero calificado y libertario

De padres pobres, campesinos y analfabetos, Joaquín Penina nació en 1901 en Gironella, pueblo catalán -hoy con 12 mil habitantes- recostado sobre el río Llobregat, 110 kilómetros al norte de Barcelona. De chico aprendió a poner baldosas, mosaicos y azulejos. Se abrió paso en la lectura junto a sus compañeros anarquistas y, por amor reverencial a la letra impresa, se convirtió en un difusor de los textos libertarios. Llegó a la Argentina en 1924 y se radicó en Rosario, donde encontró trabajo en la construcción como oficial calificado.
Se sumó a las actividades de la Fora (Federación Obrera Regional Argentina) como afiliado al Sindicato de Oficios Varios de Rosario, pero nunca asumió responsabilidades de jerarquía en el movimiento obrero. Por ideología y por elección, antes que agitar a las masas prefería difundir y vender la prensa y la literatura libertarias. Penina adhería a las ideas anarquistas y pacifistas de León Tolstoi; practicaba el naturismo, prescindía del alcohol y del tabaco y era vegetariano estricto.
Su único antecedente policial fue una detención que sufriera en 1927 cuando distribuía el quincenario La Protesta, por entonces empeñado en una campaña internacional por la vida y la libertad de Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, libertarios italianos presos en Estados Unidos por un delito que no habían cometido y que luego fueron ejecutados en la silla eléctrica.
Dicen que vivía una vida modesta, activa y ordenada, que trabajaba bien, mucho y siempre por su cuenta, que gastaba lo mínimo y enviaba el resto a su familia, que su única expansión eran las lecturas interminables, los paseos dominicales por la costa y la contemplación del río. Nunca se le conocieron romances. Su última vivienda fue un altillo de pensión en Salta 1581.
Del otro lado del mar y durante la República Española, al enterarse de su muerte, los vecinos de Gironella impusieron el nombre de Joaquín Penina a la calle principal del pueblo. El franquismo abolió el homenaje durante 40 años. La memoria popular fue paciente y empecinada. Hoy la calle principal de Gironella se llama Joaquín Penina.
Otros son, en Rosario, los caminos de la memoria. Alguien se robó la placa que recordaba a Penina en Salta al 1500; el memorial que plantó la Municipalidad en el parque Sur está deteriorado.
Sobre esa vida breve y esa muerte aciaga, el lector inquieto podrá encontrar más datos y detalles en la obra "1930-Joaquín Penina-Primer fusilado", de Fernando Quesada, del Grupo Editor de Estudios Sociales (1974). Se trata de una edición de bolsillo (ciento diez páginas en rústica) que imprimió en Rosario la casa Tipografía Llordén y de la que quedan apenas diez o doce ejemplares maltrechos que se venden a dos pesos la unidad en la Biblioteca y Archivo Histórico Social Alberto Ghiraldo, con sede en Paraguay 2212.


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