La versión de un acusado en el juicio

Los acusados por el crimen de Daniel Sánchez tuvieron distintas actitudes en el juicio. José Torres jamás abrió la boca para defenderse, pero sí lo hizo Paglione. Su testimonio ante el tribunal arrojó un manto de dudas sobre el abogado José Nieto y fue motivo de careos con el mismo profesional, y los testigos Juan Argilia y Edgardo Calicce, un cuñado suyo radicado en Buenos Aires.
Paglione desmintió cada punto de la acusación, pero sí admitió que trabajaba para una organización que traficaba autos robados o con "prendas caídas". Una sorpresa grande causó cuando ahondó en detalles como, por ejemplo, que en varios viajes transportó paquetes sospechosos, dando a entender que podría tratarse de drogas o armas.
Para desprenderse del homicidio del remisero, dijo que partió de Rosario un día antes de que la víctima desapareciera y que estando en Mendoza, tomó contacto Nieto, supuesto miembro de la banda que comercializaba autos robados, para quien debía hacer un trabajo.
Ese encargo consistía presuntamente en llevar una camioneta Cherokee hacia Capital Federal y traer de vuelta a Mendoza un Ford Escort, que resultó ser el de Sánchez.

Contradicciones
El contacto de esa operación era supuestamente Calicce, un hombre que al declarar en el juicio dijo que se ganaba la vida vendiendo crayones en la ciudad de Buenos Aires a una ganancia de 10 pesos por día. Calicce desmintió que haya recibido o tenido en su poder una Cherokee, como también haber despachado un Ford Escort hacia Mendoza.
El abogado Nieto, por su parte, también desmintió esa maniobra y dijo frente al tribunal que no conoció a Torres y Paglione hasta el momento en que aparecieron por su estudio en busca de asesoramiento.
Los careos entre los imputados y los testigos no dieron resultados positivos porque cada uno se mantuvo en sus dichos. Pero la duda quedó sembrada y el tribunal de Bell Ville probablemente haya hecho una invalidación masiva de pruebas, absolviendo a los acusados.