Nueva Delhi y Almaty. - Estados Unidos, Rusia y sus aliados parecen disponer de una semana a diez días para evitar que las tensiones actuales entre India y Pakistán degeneren en conflicto armado, según diplomáticos residentes en Nueva Delhi. Algunos analistas advierten sin embargo que no se puede excluir una crisis antes del fin de la próxima semana si se produce un atentado anti-indio de magnitud. Los partidarios de la guerra trabajan activamente en ambos bandos, tanto sobre el terreno como crispando los sentimientos belicistas de la población.
Además de EEUU y Gran Bretaña, también Rusia hace esfuerzos diplomáticos para frenar la crisis por Cachemira. Moscú apuesta a la cumbre regional que se inicia mañana en Kazajistán, a donde concurrirán tanto el presidente indio como su par paquistaní.
El primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, dejará hoy Nueva Delhi rumbo a Almaty (Kazajistán). El presidente ruso Vladimir Putin estudia promover conversaciones separadas para tratar de desactivar la crisis de Cachemira. Putin propuso la semana pasada una mediación entre ambos rivales al margen de la conferencia de Almaty, que tratará sobre la seguridad en Asia central.
Luego le tocará al subsecretario de Estado norteamericano, Richard Armitage, esperado el próximo jueves en Nueva Delhi procedente de Islamabad, tras cuya visita entrará en acción el secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld. "Millones y millones de personas resultarían afectadas" por una guerra en India y Pakistán, declaró Rumsfeld, y agregó que el Pentágono estaba dispuesto a mostrar a ambos países lo que sabe de las consecuencias de un cataclismo nuclear. El Pentágono estima que -como mínimo- unos 12 millones de personas morirían en caso de guerra nuclear entre Pakistán e India.
Según analistas, Estados Unidos necesita a Musharraf y no puede presionarlo "demasiado" sobre Cachemira. Del lado indio, el gobierno también enfrenta a una opinión pública indignada por la reciente serie de atentados islámicos y a sus generales, cuyas tropas están movilizadas en la frontera desde hace cinco meses.
Además, concluye un diplomático, "no se ve ninguna perspectiva política", porque India rechaza cualquier mediación internacional sobre Cachemira, ya que, según ella, es parte integrante de su territorio.
El partido de la guerra
Muchos atribuyen a la falta de conocimientos el hecho de que en ninguno de los dos países se hayan producido, hasta el momento, manifestaciones masivas a raíz de las predicciones como las del Pentágono sobre una guerra nuclear.
Las tres guerras en las que se enfrentaron desde 1947 India y Pakistán fueron entre los ejércitos, aunque los civiles en la frontera también las padecieron, pero no se convirtieron en objetivo de masivos ataques.Muchos promotores del conflicto bélico imaginan que esta vez será igual. Del lado indio, los partidarios de la guerra imaginan que India podría recuperar con una guerra relámpago el tercio paquistaní de Cachemira.El secretario de Relaciones Exteriores, Omar Abdullah, espera que Pakistán no emplee armas atómicas a pesar de una eventual derrota. Otros incluso dudan de la capacidad atómica de Pakistán y afirman que no hubo pruebas misilísticas. (AFP y DPA)