Luego de tantas idas y vueltas, el ministro de Economía Roberto Lavagna anunció finalmente ayer el programa que intentará dar una solución final al corralito financiero que rige desde el 3 de diciembre del año pasado. Los ahorristas tendrán la posibilidad de acceder dentro de un plazo de 30 días al canje de sus depósitos reprogramados por bonos del Estado nacional (Boden). Caso contrario, podrán quedarse con un certificado de depósito reprogramado (Cedro) y aguardar los plazos de devolución o bien negociarlos con una cotización que en principio estará muy por debajo del par.
La otra pata del plan gubernamental consiste en la creación de un nuevo sistema financiero, paralelo al actual y libre de corralitos y/o corralones, que contemple la utilización de todas las opciones de colocaciones en monedas y plazos disponibles. Lavagna expresó su confianza en que con el correr del tiempo los depósitos del corralito se vayan "disecando progresivamente", al tiempo que el sistema libre (es decir sin restricciones, como lo fue hasta noviembre del 2001) se vaya expandiendo.
La solución al corralito regirá por medio de un decreto de necesidad y urgencia (el 905) a refrendar por el Parlamento, más una serie de reglamentaciones específicas que se conocerán en los próximos días. De la mano de la flamante norma se crearán depósitos indexados, tanto dentro del corralito como en el nuevo sistema.
También se habilita la captación de cajas de ahorro y plazos fijos en divisas que se aplicarán a operaciones de comercio exterior y se establece la opción de suscribir bonos desde las cuentas a la vista.
Lavagna presentó el proyecto durante una conferencia que se efectuó ayer al mediodía en el Palacio de Hacienda, acompañado por el viceministro Enrique Devoto, los secretarios de Finanzas, Guillermo Nielsen, y Legal y Técnico, Eduardo Pérez, y el coordinador político, Alberto Coto.
9.500 millones para los bancos
El programa contempla además la emisión de un bono público de compensación para los bancos por la pesificación asimétrica de créditos y depósitos, con un costo fiscal de 9.500 millones de dólares. El ministro remarcó que "el mecanismo va dirigido a un reparto equitativo" de los costos que provocó el colapso de la economía y subrayó la importancia de que sea "voluntario".
Enfatizó que el sistema propuesto por su antecesor, Jorge Remes Lenicov, que se basaba en un canje forzoso de depósitos por bonos era "una manipulación financiera" que no repartía los costos en forma equitativa.
Lavagna dijo además que ese esquema era objetable legalmente y que su implementación no era viable debido a la resistencia que había encontrado en el Congreso.
El jefe del Palacio de Hacienda reveló que el viernes se realizó en Washington una reunión del directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la que se discutió el tema de la "voluntariedad" del programa.
Al respecto manifestó que el director del Departamento de Operaciones Especiales, Anoop Singh, se había pronunciado en favor de un canje compulsivo, pero que los directores de Estados Unidos, Francia, Brasil y Marruecos, entre otros, expresaron su conformidad por el plan decidido por el gobierno argentino.
Si bien Lavagna se mostró conforme con el plan, aseveró que "acá nadie puede festejar nada" y sostuvo que este mecanismo "permite a los ahorristas recuperar activos" en dólares.
Desde su programa radial que se emite por radio Nacional, el presidente Eduardo Duhalde salió a decir que el Plan Boden es "la solución máxima que hoy podemos garantizar a los ahorristas", aunque admitió que los bancos extranjeros "no están de acuerdo".
Los pasos que faltan
Como el decreto deberá ser rubricado por el Congreso, el gobierno aceleró durante los últimos días distintas reuniones con líderes parlamentarios para asegurarse de que no habrá dificultades en su aprobación.
No obstante para su aplicación total aún resta conocer la reglamentación de la norma que estará a cargo del Ministerio de Economía y del Banco Central.
Al respecto Lavagna dijo que la reglamentación se conocerá en forma progresiva durante los próximos días y adelantó que muchos aspectos se encuentran muy avanzados en su tratamiento con los técnicos del Banco Central.
El plan se basa en darles a los ahorristas la opción de canjear sus depósitos por un certificado de depósito reprogramado (Cedro) o por tres bonos del Estado (Boden), de los cuales dos serán en dólares (uno a 10 años y otro a 3 años) y el otro en pesos (a 5 años).
Ambos tipos de títulos tendrán cotización en la Bolsa, por lo que quien lo desee podrá venderlos y hacerse del efectivo, aunque en este caso deberá convalidar una pérdida sobre su depósito original.
Con los Cedro se podrán suscribir nuevas acciones u obligaciones negociables, que luego las empresas podrán utilizar para cancelar deudas.
Con los Boden los ahorristas podrán comprar bienes del Estado, automóviles nuevos o maquinaria nueva, adquirir inmuebles a construir, o pagar impuestos vencidos al 30 de junio de 2001. No obstante, los interesados en estas opciones deberán aguardar la reglamentación de la norma para poder optar. Entre otras cosas conocer qué porción de los bonos podrán trasladar a cuentas a la vista aquellos que los acepten como forma de pago.
El mecanismo del canje de depósitos reprogramados por los bonos desde el sector bancario contempla que las entidades suscribirán en pesos las tres series de bonos.
A su vez el BCRA otorgará adelantos en pesos a cada entidad para adquirir cada uno de los bonos y estos adelantos serán garantizados por las entidades.
Con el producido de la suscripción se efectuará un depósito indisponible en el BCRA por cada tipo de bonos.