Roa Bastos escribe poesía desde la juventud. Su primer libro fue de versos, "El ruiseñor de la aurora" (1942), y la editorial argentina Colihue publicó hace dos años su antología "Poesía, Augusto Roa Bastos". Poco se conoce fuera de Paraguay su poesía. Para mejor, dijo alguna vez que había quemado todas sus poesías para empezar a escribir relatos. Sin embargo, su producción lírica desmiente esas palabras. De joven, fue un lector afiebrado de Quevedo, Rainer María Rilke y San Juan de la Cruz. Tenía 25 años cuando escribió el artículo "Sobre el sentido ascético de la poesía nueva". Su producción en este género se completa con los libros "El naranjal ardiente", "Poesías reunidas" y "Silenciario"
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