Año CXXXV
 Nº 49.483
Rosario,
domingo  19 de
mayo de 2002
Min 7º
Máx 12º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





En San Agustín crearon una granja comunitaria con huerta y cría de animales
Un proyecto de una escuela rural genera comida para necesitados
Mientras 20 alumnos estudian, sus padres elaboran el alimento que luego se llevan a sus hogares

Carlos Pulvirenti / La Capital

Aprender y comer. Esa es la síntesis pedagógica-social que aplicaron en la escuela rural 711 de San Agustín, donde 20 alumnos de primero a noveno año de la EGB que asisten a clase son instruidos por el director y los docentes, los chicos de 6 a 15 años son educados en un salón en forma conjunta. Desde este año se buscó una original manera de complementar su aprendizaje con la necesidad de cubrir carencias familiares en cuanto a alimentación. Para ello el establecimiento implementó una granja comunitaria con el aporte de mano de obra de los padres de los estudiantes, que en su mayoría estaban desocupados.
Los estudiantes de la escuela del departamento Las Colonias, ubicada sobre la ruta 19, a 20 kilómetros de Santo Tomé, diariamente analizan cómo sus padres elaboran los alimentos que luego consumirán en sus hogares.
"El proyecto de una granja comunitaria tiene dos objetivos: uno social y otro pedagógico. En lo social, ante el problema de alimentación que tienen muchas familias, y fundamentalmente los chicos, nuestra escuela tiende a revertir la idea de crear comedores escolares. La escuela tiene que educar y formar, por ello creemos que los niños deben comer en su casa con sus hermanos y sus padres. El sistema busca que la comunidad aporte el material que encuentre (ladrillos, chapas, alambres), los recursos que se puedan obtener sirven para comprar los insumos, que luego se convertirán en comida", explicó el director de la escuela, Carlos Alberto Barrera, quien desde hace 12 años ocupa ese cargo.
El docente detalló que "se les pide a los padres que aporten su trabajo, ya que no poseen fuentes laborales estables. Apostamos a que la escuela no pierda su identidad y que se dignifique la figura del padre de un hogar a través de su trabajo. Proponemos un camino distinto, un aporte hacia la comunidad".
En la escuela rural, que lleva 50 años de actividad, el director junto a un profesor de tecnología y la presencia -dos veces a la semana- de maestros itinerantes impulsan la cada vez más difícil tarea de sobrellevar las carencias de los alumnos -y de los padres- para forjar una formación acorde a las necesidades de esta época. También en el establecimiento educativo hay una docente que brinda atención a chicos de tres, cuatro y cinco años.

Fideos y conocimiento
En el establecimiento educativo -que tiene una extensión de media hectárea y otra media que fue prestada por un vecino- hay gallinas ponedoras, pollitos, conejos y huertas. "Actualmente los padres amasan fideos en la escuela y así dan de comer a sus familias. Otra variante es un horno comunitario para hacer pan que se ha previsto para que ellos vengan a elaborar comida y puedan llevarse a sus hogares el producto de su labor. A los chicos les sirve para trabajar con el proyecto de tecnología: la transmisión de los saberes, los fermentos de la levadura, la conservación de los alimentos, elaboración de comidas y cultivo de huertas", detalló Barrera.
"Tratamos de aplicar todo lo que nos brinda la granja en la escuela. Así se trabaja conjuntamente en la escuela y en los hogares de los chicos que concurren a clase. Con el profesor de tecnología, por ejemplo, si tenemos mucha acelga la deshidratamos, pues aquí tenemos un horno a microondas", ejemplificó el director.
"La idea de que una granja comunitaria funcione en la escuela partió del convencimiento de que es una de las pocas instituciones sociales que no está desprestigiada, pues los maestros aún le pedimos cosas a la gente y responden. Solicitamos unas zapatillas, un guardapolvo y se lo brindamos al necesitado", reflexionó Barrera.

Una clase solidaria
El director de la escuela contó que "para los chicos con diverso grado de maduración se deben planear actividades distintas, los organizamos en un trabajo solidario. El chico de cuarto año que no sabe buscar en el diccionario una palabra es ayudado por el de séptimo, mientras yo estoy atendiendo al de primero. Si hablo de los ríos, conjugo los contenidos de los distintos años de enseñanza y vemos la hidrografía de Santa Fe con la de Argentina y la de América. Todos analizamos lo mismo, pero focalizados en cada grupo de chicos según el año que curse".
La diputada Irma Foresi, que es maestra también, colaboró con un aporte para la compra inicial de alimentos, gallinas y conejos para que la escuela logre autoabastecerse, luego vino el trabajo de los padres de los chicos. "La idea de la granja comunitaria en la escuela nació cuando el presidente de la comuna de San Agustín vino a visitar el establecimiento un día de lluvia y me preguntó cuántos chicos se quedaban sin comer en el campo", comentó.
"Me contó el presidente comunal que en el pueblo le pidieron que instale un comedor comunitario. Cuando el funcionario se fue nos quedamos pensando qué pasaría un día de lluvia si el chico de campo no puede trasladarse al pueblo. Así comenzó a tomar cuerpo la idea de fortificar la familia, tenemos tierras, la buena voluntad de la gente y la posibilidad de generar comida a través de huertas, cría de animales y panificación, en fin de dar una ayuda y crear trabajo", sintetizó el director.
En San Agustín, que tiene una población de 600 habitantes, hay casi un 50 por ciento de desocupación. En el área rural viven otras 600 personas que también padecen la falta de trabajo. El sector era una zona de tambos, pero por la reconversión económica los productores no siguieron sus tareas y al irse dejaron sin trabajo a muchas personas, algunas se dedicaron a sembrar soja y trigo.



Los chicos cuidan la huerta y los padres hacen alimentos.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
Aplicación de contenidos
En busca de soja para hacer leche
Diario La Capital todos los derechos reservados