Con el apellido Grondona como común denominador dentro y fuera de la cancha, con una buena porción de susto y abundantes complicaciones organizativas, Arsenal selló ayer con un empate en un tanto ante un siempre amenazante Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay su ascenso a primera división. Los entrerrianos, arrancaron a todo vapor y forzaron tres córners en los primeros cuatro minutos. De la mano de un inspiradísimo Pablo Cantero controlaron el primer tiempo, hicieron un surco por la derecha sobre la izquierda del fondo local y castigaron con pelotazos cruzados, mezcla de globo y centro a segundo palo, que exigieron a fondo al arquero Alejandro Limia. Arsenal tuvo poco, salvo ollazos hacia el borde del área chica, tal vez para repetir la escena del segundo gol del partido de ida. Sin embargo, su figura, Gustavo Grondona (volvió del fútbol de Perú justamente para esta temporada) estuvo dos veces a milímetros de un gol histórico: primero Orcellet le tapó una chilena antológica y después anticipó a todos pero su palomita terminó rozando un palo. Gimnasia cristalizó su dominio por intermedio de Luciano Leguizamón, mediante un tiro penal, ejecutado sabiamente a la izquierda de Limia, quien se arrojó bien pero no alcanzó con el manotazo. La sanción había despertado polémicas: el imparable Cantero desbordó por la izquierda y se iba al gol por la raya de fondo, pero fue volteado por Patricio González justito antes de que el balón saliera. En la segunda parte fue Gimnasia el que pareció desconcertado, y lo aprovechó Arsenal en su segunda aproximación (en la primera, Grondona se había perdido otro gol desde el punto del penal) llegó al empate, que prácticamente daba garantías, porque los de Sarandí, amparados en su mejor ubicación en la tabla de la temporada, podían ascender hasta con una derrota por un gol de distancia. Palavecino bombeó un tiro libre desde la izquierda, Grondona ganó en lo alto para bajarla de cabeza, el goleador Facundo Gareca cortinó entorpeciendo el paso de los marcadores y Javier Morales la metió con un tiro rasante. Después, Arsenal fue el de siempre, sólido, controlando el trámite y Gimnasia, que siguió insistiendo hasta el último suspiro, demostró por qué había llegado tan alto, pero poco más fue lo que se vio de juego. Arsenal, después de 45 años, subió por primera vez al fútbol grande. Julio Grondona irrumpió en llanto en su casa de campo; Héctor estaba entreverado en la tribuna; Julio (hijo) ocupaba la presidencia; Gustavo vestía ropa de jugador y Humberto, otro hijo de Julio se hallaba en las plateas (hasta se agarró a trompadas) tras viajar miles de kilómetros desde México, donde está trabajando de técnico, sólo para ver el ascenso del Arse. (DyN)
| |