El incremento en el precio del gasoil y la falta de entrega del combustible por parte de las petroleras está impactando en el normal funcionamiento de las empresas de transporte de larga distancia de pasajeros, de carga y la actividad agropecuaria. Varias compañías de colectivos -especialmente las que cubren el trayecto Rosario-Retiro- disminuyeron sus frecuencias en un 50%, mientras los transportistas que están levantando la cosecha se ven obligados a pagar valores que en algunos casos llegan al doble del precio diferencial que se dispuso para este sector. De diciembre a esta parte, el gasoil sufrió aumentos que alcanzan hasta el 50%. La devaluación disparó los precios y se encarnizó la pelea entre el gobierno y las petroleras -que presionan raleando las entregas-, sin que hasta el momento se haya podido arribar a un acuerdo (ver aparte). En el medio, los usuarios optan por reducir el consumo (se calcula que en Rosario bajó el 10% respecto al año pasado aunque en Buenos Aires esa merma trepa al 30%), y quienes utilizan el transporte para trabajar intentan distintos mecanismos de supervivencia como el de las empresas de colectivos que decidieron reducir frecuencias. Desde la oficina de Empresa Argentina en la terminal de ómnibus local, Patricia comentó: "Tuvimos que bajar las frecuencias por la falta de gasoil y porque también mermó la cantidad de pasajeros. De todos modos intentamos, con las demás compañías, coordinar un esquema para no dejar a los pasajeros sin colectivos". En el caso de esta compañía, de 15 frecuencias diarias a Buenos Aires desde Rosario, hay días que sólo sale la mitad y también bajaron las salidas a Córdoba. Norberto Arza, encargado de los galpones de la empresa, dice sin vueltas: "Si seguimos como hasta ahora no podemos seguir trabajando. Tenemos que andar mendigando combustible y nos cobran lo que quieren, 0,98; 1,05; 1,10. Sé de transportistas en la zona de Venado Tuerto que han pagado hasta 1,50 para poder salir". En la misma línea, Oscar, de Chevallier dijo que "tuvimos que suspender frecuencias. Lo vamos viendo en el día a día, por ahí, si en un viaje hay muy pocos pasajeros armamos un colectivo de dos". El abastecimiento de las empresas de larga distancia es a través de tanques propios que recargan las petroleras: "Los de la destilería no aparecen o vienen cuando quieren y encima no te dan ninguna explicación", se quejó el empleado. "Lamentablemente no podemos decir que no vamos a seguir suspendiendo viajes, esto va de mal en peor", resumió Oscar. En tanto, gracias a la coordinación de las compañías, los usuarios no están sufriendo demoras. Desde la ventanilla de informes de la terminal aseguran que los servicios son normales.
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