La CGT disidente que lidera Hugo Moyano, en un intento por recuperar el terreno perdido con el levantamiento -supuestamente por razones climáticas- del paro programado para ayer, volvió a la carga y fijó para el 22 de mayo próximo la medida de fuerza con movilización a la Plaza de Mayo en reclamo de un "aumento salarial" y para "repudiar" la política económica oficial.
El gobierno, en tanto, mantuvo prudencia en sus opiniones acerca de las causas por las cuales finalmente la CGT rebelde suspendió el paro y la movilización, alegando mal tiempo.
Sobre la decisión del moyanismo, uno de los líderes de los piqueteros, Juan Carlos Alderete, consideró que las razones de la suspensión "no están claras" y añadió: "Sospechamos porque el tiempo no puede frenar una medida de fuerza".
Sin embargo, la CGT disidente, que con su resolución sorpresiva evitó al presidente Eduardo Duhalde tener que soportar el primer paro y acto de rechazo en lo que va de su gestión, volvió a deliberar ayer y fijó para el mediodía del miércoles 22 el plan de lucha, con una marcha a la histórica plaza prevista a partir de las 15, "en coincidencia con la conmemoración del Cabildo Abierto", dijo el vocero Julio Piumato (Judiciales).
La decisión fue tomada por la cúpula de la central de Moyano luego de suspender "por razones climáticas" la huelga de 12 horas. La curiosa resolución adoptada el lunes por los rebeldes generó toda clase de suspicacias, a tal punto que versiones no confirmadas dieron cuenta de discrepancias internas en seno de la conducción de la CGT disidente.
Juan Manuel Palacios (UTA) fue el encargado de desmentirlas. El colectivero aseguró que "estamos más cohesionados que nunca" y aclaró que "a las decisiones las tomamos en conjunto" en el consejo directivo.
Mientras, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) realizó piquetes en distintos puntos del país para reclamar alimentos y la ampliación de los programas de empleo. Alderete encabezó en La Matanza uno de los focos de la jornada nacional de lucha, con cortes de ruta y ollas populares.
En la Capital Federal y el conurbano bonaerense, la protesta se hizo sentir en el kilómetro 27 de la ruta 3 y sobre la avenida 9 de Julio, frente al Ministerio de Salud, donde unos 200 jubilados se manifestaron en defensa del Pami y para reclamar asistencia social.
Por su parte, la CTA, que encabeza Víctor de Gennaro, ratificó el paro de actividades previsto para el 29 de este mes en rechazo a que el gobierno "siga las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI)".
Horas de tensión
Paralelamente, más de un centenar de personas, en su mayoría desocupados del oeste de la capital de Catamarca, entraron al depósito de un supermercado que se incendió durante la madrugada de ayer para llevarse los pocos restos de alimentos que pudieron rescatar debajo de los escombros que dejaron las llamas.
Niños con las caras tiznadas de negro por revolver las cenizas y mujeres que se acercaron con bolsas en busca de "algo que sirva para comer" fueron corridos de la zona por efectivos policiales en prevención de algún derrumbe y para evitar un saqueo.