Arsenal puso ayer algo más que un pie en primera división al vencer como visitante por 2 a 1 a Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay, en la primera de las dos finales del torneo de Primera B Nacional por un pasaje al círculo privilegiado.
El trámite del partido se dividió en dos partes diametralmente opuestas. La primera, hasta el gol del empate de Arsenal, ligeramente favorable a Gimnasia, y la segunda llevó el color de Arsenal.
La primera etapa casi no contó con llegadas serias a los arcos. El desarrollo fue muy cortado, abundaron las entradas fuertes contra los que querían jugar, especialmente Leonardo Colombo por un lado y Gustavo Grondona (abucheado constantemente por el público local) por el otro.
El gasto, en esa etapa, fue de Gimnasia, que perdió lo poco que tuvo para definir, las dos veces porque la pelota no terminó de bajarle a tiempo a Colombo, ya situado en el área para convertir.
Gimnasia en ventaja
Y encontró el premio a los 44', cuando un pelotazo de Colombo sirvió para la entrada franca de Leguizamón, derribado por un empujón de Víctor Molina. El mismo Leguizamón convirtió el penal, con un disparo a la izquierda del arquero Oscar Limia, quien se tiró al lado opuesto.
Arsenal llegó al empate cuando un córner desde la izquierda servido por Rubén Palavecino fue cabeceado por uno de sus especialistas, Oscar Espínola, quien le ganó en el salto a Mauricio Almada y Flavio Zamuner. Cuando la pelota bajaba, tocó en Almada, volvió a elevarse y superó la estirada del guardavallas Catriel Orcellet.
Después de ese gol los locales se desordenaron, Arsenal se hizo fuerte en el medio y la pelota pasó con más fluidez por los pies de Grondona, de Javier Morales y de Palavecino para hacer la diferencia.
Hora clave
En un gran aprovechamiento de su cuarto de hora, Arsenal obtuvo el gol de una victoria que bien puede significar la antesala del ascenso a primera, inédito en la historia del club de Sarandí. Combinaron cómodos en la izquierda Palavecino y Gastón Esmerado, el centro cruzó todo el área local, también la cruzó Facundo Gareca a contrapié de los zagueros y al pisar el cuadro chico tocó al gol.
El resto fue desesperación pura y cambios tardíos del lado local. Los ollazos terminaron en concurso de cabezazos y apenas una media vuelta de Diego Ceballos pareció de peligro, allá por los 34', pero Limia encontró el balón en sus manos, providencialmente, sin moverse del lugar. Después no pasó más nada porque la visita supo hacer su negocio y manejó el tiempo a su antojo.(DYN)