Daniel Leñini / La Capital
A cuatro semanas de que 60 mil desocupados de Rosario empiecen a cobrar el subsidio mensual de 150 pesos, empresarios, entidades de tercer grado y hasta concejales proponen ocupar a una parte de ellos en labores de dos a cuatro horas diarias para mejorar el aspecto de la ciudad, ante los evidentes signos de deterioro en varias áreas. El descuido de las peatonales, la suciedad en el centro y los barrios, la falta de desmalezamiento de parques, baches, veredas rotas, problemas todos que se han ido agravando en los últimos meses, dispararon la opinión, por ejemplo, del Foro Regional Rosario. Su presidente, Roberto Paladini, consideró: "Resulta necesario mantener la cultura del trabajo, evitar que la gente quede de brazos cruzados. Pero además quienes reciban ese subsidio, si bien mínimo, deben saber que esta vez la ciudad los necesita: hay que detener el desmejoramiento de la calidad de vida de todos". Los planes de empleo comenzarán a cobrarse el mes que viene. La universalización del subsidio supondrá el reparto en la ciudad de 9 millones de pesos mensuales, cifra casi 20 veces superior a la de dos años inmediatos anteriores, cuando el plan Trabajar llegó a 3 mil personas. En 2000 y 2001 también se distribuyeron 9 millones de pesos, pero anuales y entre 22 municipalidades del sur provincial, incluida Rosario. Como contrapartida, debe señalarse esta vez que la devaluación y posterior inflación quitaron a los 150 pesos poder de compra, aunque sea mínima y sobre la canasta de alimentos. Hasta el año pasado los subsidios (menos en cantidad, como se dijo) consistían en 160 dólares cada uno; ahora son de 50. La Asociación Empresaria también formuló una declaración. Elías Soso, su titular, consideró: "Es necesario detener el proceso de deslucimiento de la ciudad. Sólo en virtud de ello, y sin que signifique una crítica al poder político, lo convocamos a la generación de ideas y el aprovechamiento de los recursos humanos de los jefes de hogar desocupados, si es que la ley establece alguna contraprestación voluntaria o solidaria". Soso opinó que "no se ven siquiera decisiones administrativas; la ausencia de los políticos en la calle se traduce en una ausencia en el campo de las decisiones. En Rosario, en estos momentos, no pasa nada. Y eso lo termina padeciendo el habitante común al que le toca vivir en una ciudad cada vez más deslucida". Ricardo Marengo, presidente del bloque cavallerista, fue más directo: "Reparación de veredas y tapiales, pintura en las escuelas y hospitales, cuidado de enfermos y abuelos en los geriátricos, alcantarillado, sanjeo, desmalezamiento deberían ser las tareas a dedicar a los beneficiarios de los planes sociales. Que se ocupe a la mitad de ellos (30 mil personas) tres horas por día significaría prácticamente un turno completo de 15 mil colaboradores, es decir el 50 por ciento más del plantel municipal de 10 mil empleados". Formulado así, entonces, cabe la mención de otro detalle: la masa salarial de los empleados municipales (incluidos funcionarios) resulta también cercana a los 9 millones de pesos mensuales; el importe que distribuirá la Nación entre los 60 mil beneficiarios locales. Marengo dijo que entre los jefes de hogar desocupados "hay, sin duda, personas avezadas en albañilería, plomería, electricidad, mecánica, cuyos aportes resultarán muy valiosos" en caso de aprovecharse. Federico Steiger, concejal radical, fue en igual dirección: "Urgentemente la Municipalidad debe pensar en aprovechar los recursos humanos de los jefes de hogar: hasta en la colaboración para el control de tránsito debería aprovecharse a la gente. Lo están haciendo varios municipios del país, y entre ellos algunos del norte de Santa Fe que pude visitar. La Municipalidad no debe permitir que se acentúe la pendiente en la prestación de los servicios". Paladini advirtió que "lamentablemente la desocupación se va a prolongar". Y señaló que por lo que le tocó ver en países de Europa, a la persona que permanece mucho tiempo desempleada "luego le cuesta recuperar la cultura del trabajo", por lo que consideró "indispensable" que a los beneficiarios de los planes se les asigne alguna labor. "Lo peor es dejar que la gente se cruce de brazos, que se quede vencida", opinó. Por el lado de los funcionarios, La Capital consultó al secretario de Trabajo de Santa Fe, Oscar Ercoli, uno de los máximos responsables en la aplicación de las políticas de empleo y formación. Fue terminante en la alusión a un comentario de los últimos meses: "A quienes cobran un subsidio hay que darles herramientas, no barricadas". En ese sentido, dijo que la ley establece "cuatro horas de contraprestación" y que por eso también se abrió el registro nacional de empleadores. Las empresas privadas que quieran tomar gente deberán pagar la diferencia entre los 150 pesos y el salario de convenio más las cargas sociales.
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