Obreros, empleados y militantes de diversos sectores realizaron marchas por las principales ciudades del mundo, algunas violentamente reprimidas, celebrando el Día Internacional del Trabajo con reclamos en que se mezclaron reivindicaciones políticas y laborales. Multitudes de manifestantes antiglobalización y ecologistas abarrotaron las calles de Londres, en protestas con aires carnavalescos que incluyeron una comida al aire libre y un recorrido en bicicleta, bajo la estricta supervisión de la policía, alertada de posibles ataques anarquistas. En otras ciudades alrededor del mundo, grupos sindicalistas organizaron desfiles y marchas más tradicionales en demanda de mejores derechos para los trabajadores. Un mar de banderas rojas transformó la plaza medieval de Boloña, al norte de Italia, al tiempo que unos 60.000 miembros de sindicatos marchaban en un desfile del Día del Trabajo, cuya consigna este año rezaba: "En favor de la paz y del empleo, por los derechos de los trabajadores y contra el terrorismo". Bajo el cálido sol italiano, cerca de 20.000 personas se congregaron frente a la basílica de San Pedro, en El Vaticano, para escuchar el mensaje que cada año pronuncia Juan Pablo II. (Reuters)
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