La Habana/Caracas. - En Latinoamérica el Día del Trabajador tuvo un color político importante. En La Habana, el presidente cubano Fidel Castro fustigó a los gobiernos latinoamericanos que hace dos semanas cuestionaron a la isla en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidos (ONU) y reivindicó el sistema socialista, ante más de un millón de cubanos congregados para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores. Fidel Castro, vestido con su tradicional uniforme verde oliva, presidió la concentración, según los organizadores de más de un millón de personas, que cubrió la explanada de la histórica Plaza de la Revolución y sus avenidas adyacentes, al celebrar en La Habana el 1º de Mayo bajo la consigna de "Primero con la patria". Los sindicatos venezolanos, por su parte, celebraron pacíficamente en Caracas el Día del Trabajador, aunque polarizados en dos marchas separadas por la confrontación política y social que divide al país. Miles de venezolanos se repartieron entre las multitudinarias manifestaciones de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), y del Frente Bolivariano de Trabajadores (FBT), que en su tercer año de vida logró concentrar masivamente a sus seguidores. Según fuentes policiales, la oficialista Fuerza Bolivariana de Trabajadores (FBT) concentró más de 100.000 personas, y al otro lado de la ciudad, la opositora Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) convocó al menos 50.000. Una tercera y muy modesta manifestación de jubilados se concentró en el centro de Caracas, donde entre 1.200 y 1.500 policías custodiaron las calles en prevención de eventuales desórdenes públicos. Las marchas del Primero de Mayo son el primer pulso en la calle entre la oposición y los "chavistas" tras el golpe de Estado cívico militar del 12 de abril, que dejó un saldo de unos 17 muertos y cristalizó la división existente en Venezuela. (Télam y AFP)
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