A pesar de que la reunión entre la Nación y los gobernadores se prolongaba hasta el cierre de esta edición, las intensas tratativas acercaron posiciones sobre la coparticipación federal al aceptar las provincias -según el vocero presidencial Eduardo Amadeo- ir "a suerte y verdad" en la distribución de los recursos, ya que "no va a haber un piso" de garantía sino que se coparticipa un monto en el que "todos ganan o todos pierden". A cambio, los Estados federales obtuvieron que nuevos impuestos -como el de cheques- entren en la distribución.
El optimismo de Amadeo había sido adelantado alrededor de las 23, cuando un grupo de mandatarios radicales que se sumó a las discusiones que sus pares peronistas mantenían en Olivos con el gobierno dijo traer "una propuesta alternativa" para destrabar las tratativas tras una extensa jornada de reuniones que culminó en la residencia presidencial, con el propio Eduardo Duhalde encabezando las negociaciones.
La discusión sobre un nuevo acuerdo federal para repartir impuestos les llevó a los gobernadores una maratónica reunión desde media mañana hasta la tarde, primero, y otro encuentro por la noche, en Olivos, con Duhalde y varios funcionarios del gabinete central.
Habían llegado hasta Olivos los mandatarios de Buenos Aires, Felipe Solá; Santa Cruz, Néstor Kirchner; Jujuy, Eduardo Fellner; La Rioja, Angel Maza; Córdoba, José Manuel De la Sota; San Luis, Alicia Leme; Formosa, Gildo Insfran; Tierra del Fuego, Carlos Manfredotti; La Pampa, Rubén Marín; Tucumán, Julio Miranda; y Santa Fe, Carlos Reutemann.
Cerca de las 23 comenzaron a llegar los aliancistas. El primero fue el jefe del bloque radical del Senado, Carlos Maestro, y después los gobernadores de Chubut, José Luis Lizurume, Río Negro, Pablo Verani, con una propuesta de los opositores.
Por el Ejecutivo nacional estuvieron al lado de Duhalde los ministros de Economía, Jorge Remes Lenicov; e Interior, Rodolfo Gabrielli; el secretario de Hacienda, Lisandro Barry; el responsable de Relación con las Provincias, Juan Carlos Pessoa; el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, y el vocero gubernamental, Eduardo Amadeo.
"No creo que sea un tema que resolvamos muy rápidamente, pero yo creo que debemos sincerar la relación Nación-provincias, porque generalmente se le han hecho promesas a las provincias que no se le han cumplido", había dicho Duhalde durante el día en una entrevista televisiva.
El jefe del Estado reiteró ayer la idea que anteayer les transmitió en persona a los mandatarios de las provincias. "Debemos ir a suerte y verdad, Nación y provincias, con los porcentajes que le correspondan y no movernos de esos márgenes", dijo.
Por ahí pasaba la discusión y hacia esas cuestiones apuntaban las demandas de los mandatarios del PJ, quienes de la reunión que mantuvieron en la sede del CFI salieron con una propuesta de nueve puntos.
Para la nueva norma, el gobierno nacional propuso otorgar a las provincias el 38% de lo recaudado y que la Nación se quede con un 32%. El 30% restante se repartiría entre las cajas de jubilación y la otra mitad sería para que la Nación afronte gastos propios.
En el documento entregado ayer a los gobernadores se propuso eliminar el piso de 1.180 millones de pesos (la cifra que quedó después del recorte del 13%) y establecer un reparto anual de lo que se recaude, que este año fue estimado en unos 40.000 millones.
A cambio de la eliminación del piso garantizable de 1.180 millones, el gobierno ofertó coparticipar el impuesto a las transacciones bancarias (conocido como impuesto al cheque) que tiene un cobro seguro y rápido.
A medianoche, los gobernadores se habían dividido en tres grupos y el acuerdo parecía inminente, aunque no estaba claro cuando se anunciaría porque los representantes de algunas provincias ya se habían retirado.
Para los gobernadores del PJ, el nudo de la discusión pasa por el porcentaje del impuesto al cheque que se haría coparticipable, el mantenimiento del piso de la llamada coparticipación primaria y por cómo se haría la pesificación de las deudas.
El papel con el que los mandatarios llegaron a Olivos propone una pesificación de 1 a 1 para las deudas locales, para las obligaciones externas pretende "el mismo tratamiento que el gobierno nacional" e impulsa una relación de 1 a 1,40 para lo adeudado a organismos multilaterales.
Los aliancistas, en tanto, aceptaban que la Nación tomara las deudas y recuperar el dinero con la coparticipación, pero pedían un año de gracia antes de que eso comenzara a ocurrir.
Mientras los mandatarios llegaban a Olivos, un grupo de vecinos enrolado en la Asamblea Popular de la Zona Norte realizó un cacelorazo frente a la residencia presidencial para recordar a los muertos en la represión del 20 de diciembre.
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La Ciudad
