Marcos Cicchirillo / La Capital
El conflicto de las petroleras con el gobierno nacional se extendió al suministro de gas en la provincia de Santa Fe. Durante toda la mañana ayer se vivieron momentos de tensión en numerosas industrias y largas colas de coches en las estaciones de servicio de GNC, debido a un comunicado de Litoral Gas sobre una restricción en el abastecimiento hasta un eventual corte, de continuar el grifo cerrado en los yacimientos. La compañía se enteró antenoche que los trabajadores de la planta de extracción de Loma la Lata en Neuquén en señal de protesta y para hacer oír sus reclamos en medio de las negociaciones entre petroleras y gobierno, habían cerrado la boca de inyección del gasoducto que abastece una parte importante de gas a la provincia de Santa Fe. La otra fuente de alimentación de la empresa es la cuenca del norte en Salta. Ante esta situación, Litoral Gas debió tomar una decisión. En la opción entre cortarle a los usuarios residenciales o industriales, la elección recayó sobre los segundos. A partir de allí, la empresa se comunicó con numerosas firmas para advertirles una fuerte restricción del suministro hasta llegar a un posible corte que no llegó a mayores, ya que a partir de las primeras horas de la tarde llegó la información de que la canilla se había vuelto a abrir en el sur del país. Aníbal Paradiso, gerente de Relaciones Institucionales de Litoral Gas, dijo ayer que la situación "se normalizó" alrededor de las 15 horas y descartó la hipótesis que lanzaron algunas de las empresas afectadas sobre una intencionalidad de firma para ir abonando el terreno de cara a la inmediata renegociación de los contratos que enfrentará la compañía pos devaluación. Algunas de las empresas consultadas reconocieron que se la situación encendió la luz de alarma y se vivieron momentos críticos. Un ejemplo fue en la firma Sipar, en la cual la fuente de alimentación del horno para la producción de acero es el gas y no puede detener su proceso productivo ya que esto implicaría hasta seis meses para recomenzar la actividad. La señal se amplificó por las empresas de radiotaxi, advirtiendo a los choferes que fueran a cargar gas ante el posible desabastecimiento. Al mediodía, se pudo ver en varias estaciones largas colas de autos negros y amarillo para llenar los tanques de GNC. "Vine a la fuerza, pero si sigue esto no se si tendré combustible a la tarde", señaló un chofer de taxi después de esperar más de cuarenta minutos para cargar combustible. Horas más tarde, la solución del conflicto desatado a miles de kilómetros de Santa Fe descomprimió el que se podría haber disparado en la región.
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