Una clínica de Londres informó ayer del nacimiento del primer bebé en el Reino Unido (y el segundo en el mundo) con características genéticas específicas establecidas con anterioridad por sus padres para asegurar la compatibilidad genética con su otro hijo, enfermo de leucemia. La familia de la beba, nacida el último jueves a las 23.30 locales en un hospital de Londres, declaró que no considera que su hija sea una "bebé diseñada", y subrayó que de esta manera podrá ayudar con sus células a su hermano de cinco años, quien padece de un tipo de leucemia.
El otro hijo de la pareja sufre de leucemia y, si bien su cuadro parece controlado mediante la aplicación de quimioterapia, una recaída en los próximos años podría obligar a un transplante de médula ósea como recurso para salvarle la vida.
Ante ese hipotético caso extremo, sería imprescindible la presencia de un donante genéticamente compatible, pero tras realizar estudios a todos los miembros de la familia, los científicos llegaron a la conclusión que ninguno ofrecía garantías absolutas en un eventual transplante.
Los padres de la beba cuyo patrón genético fue predeterminado prefirieron mantener sus nombres en reserva, pero se preocuparon de dejar que la historia trascendiera "para que otras familias en circunstancias similares puedan acceder a este procedimiento", consignó la fuente.
Otras experiencias
Mohamed Taranissi, quien conduce el London's Assisted Reproduction and Gynaecology y asistió a la pareja en el proceso de fertilización, declaró que otras tres mujeres están embarazadas y esperan pronto dar a luz a bebés con la misma característica.
Especialistas en fertilización asistida sostienen que el nacimiento del "bebé diseñado" (terminología resistida por quienes están a favor de esas prácticas, entre ellos Taranissi) podría ser el primer paso para favorecer la implantación de nuevos genes específicos, que podrían determinar con anterioridad características como la inteligencia, la salud o la belleza del bebé.
Sin embargo, Taranissi aclaró que esos genes aún no fueron cabalmente identificados y tampoco es seguro que una modificación exógena diera resultados contundentes en ese sentido.
"Nadie que haya visto la felicidad de los padres del bebé en el momento de su nacimiento, podría dudar del amor que la familia tiene por la hija recién nacida", declaró Taranissi, al rechazar la polémica generada en torno al "diseño" del bebé.
El científico agregó que "este avance hará a la gente sentir que la ciencia es útil y que puede tener utilidades para otros. Es muy fácil hablar de argumentos éticos y morales cuando el que atraviesa una situación extrema como ésta es otra persona", concluyó Taranissi.
El primer caso de esta naturaleza, según recordó el periódico inglés The Guardian, fue obra de científicos estadounidenses, a quienes recurrió la flamante madre británica en procura de una solución al problema que afecta a su otro hijo.
La mujer fue incluida en un programa especial y sometida a un tratamiento denominado IVF, que consiste en fertilizar sus óvulos con esperma de su marido en un plato de petri, de modo tal de obtener un cierto número de embriones a implantar en la matriz.
Pero esos embriones son previamente estudiados genéricamente, para determinar cuál es el que tiene la mayor compatibilidad, de modo tal que sea ése el que se implante.
"Esta debe ser la función de la medicina: prevenir y curar. Me siento orgulloso de este logro. Es el comienzo de algo esperanzador. No soy una persona emocional, pero ayer me conmoví realmente", sintetizó el médico Taranissi. (Ansa)