Año CXXXV
 Nº 49.391
Rosario,
viernes  15 de
febrero de 2002
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Se presentaron otra vez en sociedad luciendo la camiseta argentina
Caniggia y Riquelme necesitan una nueva oportunidad
Ninguno cumplió plenamente con las expectativas. Camerún, en marzo, debe significar otra chance

Luciano Wernicke

Caniggia sí, Caniggia no. Riquelme sí, Riquelme no. Cani, otra vez en el equipo después de seis años, con un currículum desbordado de laureles y pergaminos.
Román, pedido a gritos por los hinchas del fútbol (no sólo los de Boca) por las genialidades que distribuye generoso con la camiseta auriazul.
La noche de Gales fue el miércoles tan fría como las actuaciones de las tan esperadas figuras argentinas.
El delantero del Rangers de Escocia anduvo con la mira desviada, y sus centros dieron una y otra vez en el cuerpo de su marcador, Gary Speed. Riquelme no se pareció a Riquelme, y los hinchas galeses que estuvieron en el Millennium nunca creerán que ese chico con el número 8 es el mismo que deja desauciados a sus marcadores en la Bombonera y que mueve los hilos del subcampeón del Mundo.
Para Bielsa, ambos estuvieron "dentro del nivel del equipo". ¿Qué significará eso para el entrenador?
Porque, desde la platea, la actuación argentina fue muy floja.

Poco tiempo para todo
En Gales, Bielsa tuvo apenas una charla con Cani y tres entrenamientos en los que el Pájaro apenas adquirió algunos conceptos básicos del manual del obsesivo entrenador. Tampoco podrá exigirse mucho, después de todo.
Román no se ponía la camiseta de la selección mayor desde la Copa América del 99, recordada más por los penales desperdiciados por Martín Palermo que por el magro nivel de juego del equipo, que fue eliminado en cuartos de final por Brasil. No jugo en ningún partido de la eliminatoria.
Aún para un jugador con la capacidad de Riquelme, no es fácil encajar en el esquema de Bielsa de la noche a la mañana. El pibe de Don Torcuato no se desenvolvió el miércoles como en su club: no se lo vio pedir la pelota, no hubo lujos, y más desencuentros que encuentros con Verón, y nada de eso de "hacer jugar" a los delanteros.
Gales no debe tomarse, de ninguna manera, como una pesada puerta cerrada bajo siete llaves. Ni, mucho menos, Caniggia y Riquelme tienen que desesperarse por las imágenes de la impecable campaña que la escuadra albiceleste desarrolló en las eliminatorias.
Ellos no tuvieron las mismas posibilidades que otros jugadores del ciclo Bielsa. Merecen una nueva oportunidad, ante Camerún el 27 de marzo. (DyN)



Cruz cabecea y Cani mira. El Pájaro ganó otra chance.
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