Casilda. - Después de casi diez meses de inactividad, el frigorífico que la empresa Rafaela Alimentos posee en Casilda reiniciará sus operaciones el próximo lunes, aunque con menos personal y un volumen de producción inferior al de mayo pasado, cuando cerró por la reaparición de aftosa.
De los casi 400 despedidos la firma retomará a unos 105 para poner en marcha la planta y empezar con las primeras faenas de entre 300 y 500 cabezas diarias, según reveló ayer a La Capital el secretario general del gremio local, Sixto Vallejos.
El intendente Eduardo Rosconi sostuvo que la decisión tomada por Rafaela "es una gota de optimismo dentro de la amargura que provoca la crítica situación que presenta la economía casildense y de la región". Es que desde hace algún tiempo esta zona se ve afectada por una recesión sin antecedentes, los índices de desocupación aumentaron y la mayoría de los productores agropecuarios se endeudaron.
Tal vez la reapertura del frigorífico signifique un atisbo de recuperación para una región que históricamente se caracterizó por su riqueza productiva y que ahora, por diferentes circunstancias, se encuentra sacudida por los embates de la crisis.
Acuerdo laboral
Las nuevas pautas laborales para la reapertura fueron acordadas entre la empresa y el gremio y tienen como principal objetivo "lograr un alto nivel de eficiencia, productividad y calidad", según se estable en uno de los puntos. Eso significa que las asignaciones salariales dependerán del rendimiento productivo. Se estima que las remuneraciones variarán entre 300 y 600 pesos, según la categoría, sin perjuicio de que pueden ser mejorados de acuerdo a los posibilidades económicas.
Para los primeras días de trabajo, y hasta tanto retome sus ventas al exterior, el frigorífico prevé faenar para consumo interno y para abastecer a la fábrica de fiambres y chacinados que tiene en la ciudad de Rafaela. Los titulares de la firma establecieron contactos comerciales para retomar sus exportaciones lo antes posible hacia países de la Comunidad Económica Europea y Estados Unidos, entre otros.
Antes de cerrar, el frigorífico casildense faenaba unas 700 toneladas mensuales, un sesenta por ciento de su capacidad. Si bien la empresa arrancaría con poco más de cien empleados, cuando empiece a exportar reincorporará más personal.
Desde el gremio se especula que un porcentaje de los cesanteados no será reincorporado porque "la empresa pretende optimizar sus tareas y evitar horas ociosas de trabajo", reconoció Vallejos.
El grupo de trabajadores que tomará el frigorífico para reanudar sus actividades serían notificados hoy cuando la empresa pague una nueva cuota de las indemnizaciones. La firma respetará la antigüedad de los reincorporados, tal como fue acordado después del cierre.
La Ciudad
