En mayo de 1999 un laboratorio de la Universidad de Juntendou, en Tokio, informó que el feto de una cabra, retirado del útero materno, había sido colocado a fluctuar dentro de un tanque de acrílico sumergido en líquido amniótico artificial. El cordón umbilical había sido ligado a máquinas encargadas de limpieza y de la alimentación. El trabajo fue realizado para obtener un ámbito capaz de permitir el desarrollo de bebés humanos incapaces de progresar en el útero materno. Pero no tuvo éxito.
| |