Año CXXXV
 Nº 49.387
Rosario,
lunes  11 de
febrero de 2002
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Cacerolazo en casa
Newell's perdió con Banfield y se fue silbado

Luis Castro / Ovación

La gente ya no tiene más paciencia. Eso quedó en evidencia una vez más. Lejos de permanecer en silencio y resignarse a lo que sucedía, los hinchas decidieron hacer sentir su bronca. Y esta vez no fue en el Monumento a la Bandera o en algún lugar céntrico de la ciudad. Esta vez la manifestación fue en el Coloso. El toque, con goleada incluida, que le pegó Banfield en el Parque sacó de quicio hasta al más calmo rojinegro. Ese que sacó a relucir, tal vez, por primera vez tanta bronca acumulada por años.
Poco optimismo. Desde un comienzo los simpatizantes leprosos tenían cierto recaudo sobre lo que podía suceder en el arranque del Clausura. Y la mayoría no estaba equivocada. Los deseos por encontrar una alegría ante tanta angustia imperante en el país quedaron truncos, porque el equipo estuvo lejos de ser tal y se vio superado por un Banfield ordenado y contundente.
Las primeras imágenes mostró a un Newell's lleno de intenciones, pero con muy pocas armas para atacar al rival. Sólo el cabezazo de Gigena en el poste al minuto logró ilusionar. Pero rápidamente el taladro controló la situación y, a la vez, se dio cuenta de la facilidad que había para manejar el pleito. Porque en el medio el pobre Bono no podía con todos, estaba solo contra el mundo y otra vez fue "sacrificado" (ver aparte). Se sabe que en ese sector de la cancha se gesta un partido, pero la terquedad de Llop en desmantelar la zona y correr a Ponzio hacia un lugar donde pasó desapercibido incidieron para que la visita ganara sin problemas esa zona.
Y lo que se insinuaba se hizo realidad. Casi sobre la media hora un error de Crosa alimentó un contragolpe que finalizó con Lujambio controlando su grito de gol. A partir de ese instante todo pareció teñirse color negro. Los primeros gritos de desaprobación se hicieron oír en forma estruendosa. Así se fueron a un descanso que, seguramente, no fue tal.
Sin alma, sin argumentos. Obligado por las circunstancias Llop cambió el esquema. Limpió a Bono y mandó a la cancha a Domizi como cinco. Ponzio se corrió hacia el medio para ayudar y Rodríguez bajó un poco para cubrir el hueco del volante de Las Rosas. Y así intentó cambiar una historia que ya parecía escrita con un final rojinegro muy triste.
Newell's probaba con algún cabezazo de Vojvoda y Crosa o remates de Rodríguez y Rosales. Pero la visita en ningún momento se vio superado, al contrario, fue el que manejó los hilos. Y así, con orden y prolijidad, aumentaron la diferencia con dos goles más del ex rojinegro Josemir Lujambio.
La gente, cansada de simples promesas, hizo notar su malestar. Parece no tener más ánimo para aguantar. Por eso ayer hizo un cacerolazo en el Coloso.

Síntesis
Newell's: \Luque 5; Vojvoda 5, L. Fernández 4, Crosa 4, Ponzio 4, Bono 3 (46' Domizi 4); Grech 4, Rodríguez 5, Saldaña 4 (63' Martínez 4); Rosales 5, Gigena 3 (63' Sacripanti 4).
Suplentes: Palos y Damiani. Técnico: Juan Manuel Llop \ \Banfield: \Lucchetti 6; Cocca 6, A. González 6, Sanguinetti 6, Sinisterra 5 (77' Fonseca); Santa Cruz 5, Leiva 6, Del Río 6, W. Jiménez 7, (81' J. Sánchez); Lujambio 8, Bueno 6, (74' Bilos).
Suplentes: Migliardi y Raposo. Técnico: L. Garisto \ \Goles: 28', 59' y 90' Lujambio (B). Amonestados: Bono (N); Cocca (B). Expulsados: No hubo.
Cancha: Coloso. Arbitro: Rafael Furchi (5). Recaudación: No se suministró.



La gente despidió al equipo con una silbatina.
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