El presidente Eduardo Duhalde insistió anoche en la necesidad de llevar a cabo una reforma constitucional profunda, para debatir antes de las elecciones generales del 2003 si los argentinos quieren continuar con el actual régimen presidencialista o cambiar por un sistema parlamentario.
En un mensaje por la cadena oficial de radio y televisión, el mandatario reconoció el grave descrédito de los políticos en la sociedad y aseveró que "no acepté ser presidente en la crisis más grave de la historia argentina para administrar esta decadencia".
Después dijo que durante su gestión provisoria quiere "iniciar un nuevo ciclo que debe estar signado por otras instituciones, absolutamente renovadas" y advirtió: "Para eso es imprescindible una reforma constitucional que funde una nueva república".
"Una reforma constitucional profunda para que en septiembre del 2003 elijamos a un nuevo presidente y le demos un nuevo marco institucional, debemos decidir entre otras cosas si queremos continuar con el actual régimen presidencial, tal cuál lo hemos conocido en toda la existencia como Nación o si queremos marchar hacia un régimen parlamentario, como rige en países de la Unión Europea o en Canadá", aseveró.
Entonces dijo que "es un tema muy importante, es un debate muy profundo que debemos hacer en torno a esta idea de analizar el sistema presidencial y el sistema parlamentario y elegir el que creemos que debe fundar la segunda república".
Contra el excesivo electoralismo
En un mensaje que grabó en la sala de convenciones de la Residencia de Olivos, Duhalde dijo que con la nueva reforma de la Carta Magna "debemos decidir si queremos elecciones cada dos años como el sistema actual o cada cuatro años para evitar este excesivo electoralismo que significa estar votando permanentemente y estar viviendo de campaña en campaña".
No dejó de remarcar que en la reforma constitucional los argentinos deben decidir "qué parlamento queremos, qué número de legisladores deben integrarse como diputados y como senadores".
El presidente subrayó también que debe resolverse "qué reforma debemos aplicar para garantizar una Justicia independiente y transparente".
"Tenemos una Argentina parturienta y queremos que la nueva Argentina nazca sana. No podemos eludir esta responsabilidad por más problemas que tengamos. Yo soy plenamente consciente que en estos momentos tenemos que poner el barco que es la república en aguas tranquilas, pero luego de salir de esta coyuntura económica y social en forma inmediata tenemos que poner manos a la obra", afirmó.
Durante su discurso de poco menos de 15 minutos, el primer mandatario trazó un crítico panorama de la visión que tiene la sociedad sobre la clase política, al reconocer "la falta de credibilidad", "la sospecha popular sobre los políticos" y "la distancia entre la palabra empeñada y los hechos", en tanto subrayó que la reducción de gasto derivado de la reforma política "se destinará exclusivamente a planes sociales y de empleo".
"En estos momentos tan graves que vivimos tenemos que revertir cuanto antes esta situación y para que haya un principio de reconciliación, por empezar, los políticos tenemos que demostrar gestos claros de renunciamiento, debemos volver a los auténticos valores de la actividad política: el servicio, el patriotismo, la entrega, el compromiso, el honor", aseveró.
El jefe de Estado aprovechó el mensaje para advertir que "hay que poner fin a una era de decadencia que manchó a todos los políticos por igual, salpicando inclusive a quienes son verdaderos ejemplos de conducta ética".
En ese sentido, explicó que el acuerdo firmado el miércoles con los gobernadores por la reforma política, al que calificó de "histórico", busca "incrementar la calidad democrática, reducir la estructura del costo político nacional, provincial y municipal, dotar de eficiencia y transparencia a las estructuras y lograr mayor representación de la sociedad".
De que se eliminarán los gastos reservados, a excepción de los de defensa y seguridad, se reducirá un 25 por ciento el número de diputados nacionales y también se rebajará el número de legisladores provinciales y concejales y se pondrá un tope máximo para los gastos de las legisladores nacionales y provinciales.
Finalmente subrayó que "hemos decidido que nunca más el Poder Legislativo pueda otorgar pensiones graciables", sino que éstas serán otorgadas por la Presidencia de la Nación y los gobiernos provinciales, remarcó que las campañas electorales tendrá una duración máxima de 30 días y que se buscará "terminar con las listas sábana".