Año CXXXV
 Nº 49.383
Rosario,
jueves  07 de
febrero de 2002
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La crisis. Las ventas gastronómicas retrocedieron un 50% desde diciembre
Superpromociones en restaurantes paquetes
Locales tradicionales colocaron inscripciones al estilo de los comercios más populares

Pablo R. Procopio / La Capital

La inflación está a la orden del día, pero los propietarios de algunos bares, restaurantes y heladerías rosarinos están dispuestos a combatirla, con tal de vender. Y decidieron no trasladar el aumento de los insumos hacia los clientes. Más aún, algunos bajaron sus precios e idearon interesantes promociones inéditas para ciertos comercios del rubro alimenticio donde era impensado siquiera imaginar la posibilidad de que instalaran carteles e inscripciones propios de competidores más populares.
"¿Viste las promo de La Estancia? Parecen de un mercado persa". La frase pertenece a una fashion parroquiana de la tradicional parrilla de Pellegrini y Paraguay que hasta hace algún tiempo acostumbraba a cenar allí, y ahora se tentó con la oferta.
En las vidrieras de ese comercio aparecieron unas enormes leyendas a la cal que rezan "Menúes desde 5,99".
En el bar y chopería El Paso (ubicado en la misma esquina, pero en la ochava suroeste) que pertenece a los mismos dueños y es un lugar para los amantes del deporte, la situación se repite. Las inscripciones, esta vez, hacen referencia a productos específicos: "Chopp jarra 1 litro, 2,99"; o "Pizzas (a la parrilla) 6,99".
No se trata sólo de precios tentadores, sino de rebajas ostensibles. La cerveza en jarra costaba hasta hace unas tres semanas, precisamente el doble. Y no se vendían los 20 gustos de pizza a casi siete pesos. Por el contrario, el valor tenía que ver con la elección del gusto y llegaba hasta 15 pesos la más suculenta.
En general, los precios observaron un descenso de hasta un 30 por ciento. Es que últimamente, la clientela había bajado a la mitad y los dueños no estaban dispuestos a seguir soportando más pérdidas. Ahora, con las rebajas, la gente volvió a consumir, aunque, por supuesto, gasta menos.
"No quiero que la parrilla esté vacía", dijo uno de los propietarios, Pablo Bossus. Y lo logró. Ahora cena el doble de gente que en diciembre. Pero debió cambiar de proveedores para evitar que el aumento de la mercadería incidiera en la intención de bajar los precios finales de la comida.
Cuando las vidrios parecieron escritos con letras gigantes, los propios empleados se sorprendieron. Pero dejaron la curiosidad de lado al enterarse de que la medida también serviría para que la patronal pudiera mantener sus fuentes de trabajo.
Da la sensación de que la avenida Pellegrini se convirtió en el epicentro de las ofertas gastronómicas. Una tira de asado solía costar 8 pesos en los más coquetos restaurantes de esa arteria. El paso del tiempo (y la presencia de la crisis) pudo más y ahora un menú completo (con entrada y postre) vale menos de siete. Una situación que permitió también el acceso de un público de menor poder adquisitivo.
En la parrilla Los Martínez (Pellegrini y Moreno), los chicos comen gratis, acceden a juegos infantiles, mientras sus padres consumen carne, pastas y postre por sólo 5,90. Ahí también los carteles se encargan de atraer a la gente.
En el restaurante Petras, en tanto, cada cuatro personas hay un menú de regalo, tal como lo informa un elaborado afiche colocado a la entrada del lugar y dispuesto en la publicidad de vía pública.
Las heladerías están en la misma. Cumbre Nevada (Pellegrini y San Martín) ofrece el kilo a 4,99. Las ventas bajaron y se nota a vuelo de pájaro. Cuando La Capital estaba en otro comercio del mismo rubro (Lido) una joven entró a buscar cambio de 50 pesos. El empleado detrás de la caja fue taxativo: "Imposible, no se vende nada", contestó al pedido.
Y en el centro, el pituco Café de la Ciudad (Córdoba y Corrientes) es otro que recurrió a los emblemas promocionales del momento. Las ofertas incluyen sándwiches, ensaladas o licuados. "Esta esquina asusta mucho y quizás se crea que los precios están altos. Queremos demostrar lo contrario y que vuelva el público perdido", sostuvo uno de los responsables, Pablo Ramírez.
En medio de la crisis, los comercios apuestan a adaptarse a los nuevos tiempos, los de la gente que cambió sus hábitos.



Ofertas más bajas que la habitual tira de asado.
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