La argentina Máxima Zorrieguieta se convirtió ayer en la futura reina de Holanda, tras darle un emocionadísimo "sí" al príncipe heredero Guillermo Alejandro durante la ceremonia religiosa en la Nieuwe Kerk (Iglesia Nueva) de Amsterdam, donde al término del acto sonaron las notas de un tango de Astor Piazzola. La ceremonia religiosa tuvo lugar poco después del acto civil bajo un sol absolutamente inusual para esta temporada en Amsterdam. La ciudad de los canales, como dijo uno de los numerosos argentinos que siguieron el matrimonio en las calles, "se parecía hoy más a Buenos Aires en un domingo de invierno que a un centro del norte de Europa". Una emoción de a ratos incontenible y las sonrisas fueron las dos notas clave que caracterizaron tanto a Máxima (30 años) como a Willem (34) durante el acto civil y una hora más tarde en la ceremonia religiosa En el momento de su "sí" en la iglesia, Máxima -vestida con un diseño de Valentino con una cola larga cinco metros y con una corona de diamantes con cinco estrellas- casi no podía con las lágrimas: sólo atinó a mirar fijo en los ojos a su Willem, hizo un respiro profundo y pronunció el ja (sí en holandés) con el que se convirtió en la esposa del príncipe heredero de Holanda. Ambos se apretaban fuerte las manos y no dejaban de sonreír ni de cruzarse miradas. Cuando le tocó dar su ja, Guillermo se puso repentinamente muy rojo. En seguida miró a la joven argentina y le dijo, en voz muy baja, "I love you". Fue en ese momento cuando ocurrió un episodio curioso: el "sí" del príncipe fue escuchado (a través de los parlantes) en la plaza fuera de la iglesia. El estallido de júbilo de la gente rebotó dentro de la iglesia, hecho que provocó grandes risas, dando la sensación que la multitud había entrado en ese recinto. Durante el rito civil la pareja dio la sensación de ser casi sobrepasada por la emoción. Con mucha espontaneidad y simpatía, el alcalde de Amsterdam, Job Cohen, contribuyó a relajar el ambiente. "Espero que usted ame este pequeño y húmedo país así como ama a su tierra", dijo Cohen, quien dio la bienvenida a la pareja hablando tanto en castellano como en inglés. Quien se veía muy feliz era la reina Beatriz, vestida con un impecable violeta oscuro, el mismo color elegido por muchas de las damas presentes en los actos, y con a su lado el marido Klaus, que está desde hace años muy enfermo. Mientras salían de la iglesia, los recién casados tuvieron un gesto de respeto hacia la reina, ante la cual inclinaron ligeramente sus cabeza. Beatriz respondió con una amplia sonrisa y dijo "mooi", que en holandés significa "lindo". Las homilías del rito protestante reformado estuvieron a cargo del argentino padre Rafael Braun y del reverendo Dominee ter Linden, quien leyó algunos versículos de la Biblia. "Tu pueblo será el mío", "tu Dios será el mío" y "quiero ser sepultada donde tu morirás y sólo la muerte me separará de tí", fueron los textos bíblicos leídos. Según lo previsto no estuvieron en la ceremonia la madre y el padre de Máxima, Jorge Zorreguieta, quien fue ministro de Agricultura de la Junta Militar del ex dictador Jorge Rafael Videla, quien detentó el poder en Argentina a partir del 24 de marzo de 1976, causando en pocos años decenas de miles de desapariciones forzadas, asesinatos y detenciones políticas. El acto religioso se cerró con las notas de "Adiós Nonino", uno de los tangos más conocidos de Piazzola, cuyas notas fueron atentamente seguidas por los numerosos invitados presentes, entre ellos el príncipe Carlos de Inglaterra, el secretario general de la ONU Kofi Annan, el ex presidente sudafricano Nelson Mandela y, por supuesto, el premier holandés Wim Kok. (Ansa)
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