El Fondo Monetario Internacional (FMI) desaceleró la presión para que el gobierno argentino deje flotar inmediatamente el tipo de cambio, y reclamó una nueva ley de coparticipación federal. La exigencia abrió un frente de conflicto con los gobernadores que, durante una reunión que mantuvieron con la misión del organismo internacional, le advirtieron que no aceptarán más ajustes.
La misión encabezada por el argentino Claudio Loser y el chileno Tomás Raichmann dejó anoche el país luego de entrevistarse con el equipo económico y con tres mandatarios provinciales. En ese sentido, no dejó de llamar la atención la ausencia de referentes de las provincias grandes en el encuentro. Mientras en Argentina los enviados del organismo negociaban que será lo primero, si la libre flotación cambiaria o la asistencia financiera a la Argentina, desde Washington, el vocero del Fondo, Tomas Dawson, reiteraba la predisposición a ayudar a la Argentina, aunque sin especificar sobre plazos y montos.
"Ciertamente no estamos promoviendo acciones precipitadas, aunque preferimos un sistema cambiario unificado", dijo Dawson. En ese sentido, se acercó a lo que había dicho el miércoles el presidente del Banco Central, Mario Blejer, quien anticipó que la Argentina tenía intención de desmantelar el sistema de tipo de cambio dual antes de lo previsto pero no en forma inmediata.
El vocero del organismo manifestó un cauteloso optimismo sobre el resultado de las negociaciones en Buenos Aires: "Las conversaciones han marchado muy bien, como habíamos esperado", dijo."Es prematuro hablar sobre apoyo financiero, pero esa es obviamente una ruta sobre la que estamos operando y podríamos terminar ahí, en términos de algo de apoyo financiero", aclaró.
La misión de primer orden del FMI que anoche regresó a EEUU estuvo compuesta el jefe del departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, Claudio Loser, el jefe del "caso argentino", Tomás Reichmann, y los representantes de la Argentina ante el FMI, Guillermo Zocalli, y de ese organismo en Buenos Aires, Gilbert Terrier.
Además de entrevistarse con el equipo económico los funcionarios internacionales se reunieron con un grupo de gobernadores y legisladores nacionales. El grupo de mandatarios estuvo integrado por Juan Carlos Romero (Salta), Roberto Iglesias (Mendoza) y Alicia Lemme (San Luis).Los tres gobernadores que participaron de la reunión con los enviados del FMI advirtieron que no están dispuestos a aceptar este año una nueva reducción de los fondos que la Nación gira a las provincias y se quejaron por el incumplimiento de los pactos fiscales por parte del gobierno central.
"No se habló de cifras sobre reducción de ingresos, ni nosotros hablamos de aceptar ningún ajuste en los ingresos, las provincias creemos que la Nación tienen que cumplir lo acordado el año pasado, que ya significa un recorte del 13% en los envíos por coparticipación", dijo el gobernador salteño, .
Durante la reunión, Loser les planteó que el organismo veía una marcada "disociación" entre la Nación y las provincias ya que se culpaban unos a otros por los desajustes fiscales y puso especial hincapié en que uno de los principales problemas del país es la recaudación impositiva, incluida la reforma tributaria, la ley de coparticipación y la lucha contra la evasión, según contaron participantes del encuentro. El Fondo puso presión para reducir el gasto político en el interior, cuyos Estados acumulan deudas por 25 mil millones de dólares.
El resto de los mandatarios provinciales no estuvo presente porque, según distintas fuentes provinciales, no hubo una invitación global por parte del gobierno, cuya representación en la reunión corrió por cuenta del ministro del Interior, Rodolfo Gabrielli.
En conferencia de prensa, tras la reunión, el gobernador de Salta dijo que las provincias están dispuestas a realizar un nuevo esfuerzo de reducción de gasto, pero recalcó que es necesario que la Nación cumpla con sus compromisos en relación al envío de fondos coparticipables "para mantener el clima social" en las provincias.
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La Ciudad
