Duhalde dijo que no llamará a elecciones anticipadas

Con el caos económico y social como telón de fondo, el presidente Eduardo Duhalde rechazó ayer la demanda de varias asambleas populares de llamar a elecciones anticipadas, y afirmó que el proceso institucional deberá darse de "manera ordenada", algo que no se logra -dijo- "con tanques, bayonetas ni bombas molotov".
El jefe del Estado aseguró que en Argentina los que están agotados son "muchos políticos, empresarios y sindicalistas", y "no los canales democráticos", a través de los cuales -razonó- y "de manera ordenada, evitando el caos, los sobresaltos y la efusión de sangre" se podrá avanzar "eventualmente hacia el surgimiento de nuevas estructuras políticas".
Luego de reiterar su "simpatía" con los cacerolazos, destacó que las "asambleas en la calles de los vecinos" aluden a que en el país "se está expresando una idea de cambio", y dijo estar "totalmente convencido" de esa necesidad de renovación.
En su habitual programa de Radio Nacional, Duhalde dijo que tiene la "responsabilidad de impulsar los cambios deseados por todos", pero advirtió que "no van, de ninguna manera, a sentirse todos contentos y felices".
"Los que más deben pagar son los que se beneficiaron con el modelo anterior -continuó-, que enriqueció a pocos y empobreció a muchos".
No obstante, advirtió que ese camino "no es fácil, requiere decisiones concretas, que empezamos a tomar ahora, respetando la institucionalidad. Los que creen que un presidente puede reforzar las cosas no respetando las instituciones, se equivocan".
Duhalde no descartó que de las actuales movilizaciones "puedan nacer nuevos liderazgos, pero es necesario saber que esos liderazgos tienen que tener un tiempo de maduración, y ese tiempo es la etapa de transición que a mí me toca gobernar".
También impugnó la idea de llamar a elecciones "en 60 ó 90 días", otro de los reclamos que suele aparecer en cacerolazos y en algunas asambleas barriales, por considerar que sólo serviría para llegar a "otro gobierno de transición".
En cuanto a su gestión presidencial, dijo que tiene "conciencia" de que su "primera obligación" es "no descender un escalón más. Por eso quiero que esta transición (hasta el 2003) sea ordenada, y el orden no es el que se logra con tanques ni bayonetas, ni bombas molotov".
"El orden es darnos cuenta de que tenemos un destino común, trabajar tesoneramente, ya que ningún país salió de una crisis como la que estamos viviendo sin esfuerzos y el trabajo de su gente", abundó. Sobre este punto, destacó el esfuerzo de la Iglesia en el marco del llamado Diálogo Argentino.
Duhalde condenó nuevamente el sistema políticos que rigió durante los últimos 12 años, en los que -opinó- "parecía que la economía regía a la política, y así fue como muchos economistas se convirtieron en políticos y en empleados de los grandes intereses del capital concentrado".