Uno de cada tres habitantes de la Argentina se encuentran sumidos en la pobreza, una situación que alcanza a cerca de doce millones de argentinos, según informó un estudio elaborado por la Fundación Capital.
En los últimos dos años, la crisis económica -que se inició en diciembre de 1998- determinó el deterioro social en el país y provocó que el número de pobres se incrementara en más de dos millones de personas.
El informe también advierte que uno de cada diez argentinos viven en la indigencia, tras constatar la existencia de un total de 3,7 millones de personas,las cuales se encuentren muy lejos de poder acceder a las necesidades básicas alimentarias.
El reporte señaló que el aumento del desempleo y de las desigualdades tiene una obvia repercusión sobre los niveles de pobreza, dado que en el Gran Buenos Aires esta realidad alcanza a uno de cada tres habitantes y uno de cada cuatro hogares.
La indigencia en la Argentina (personas que no logran satisfacer sus necesidades alimentarias) ya superan el diez por ciento de la población del conurbano bonaerense: proyectando esta cifra a nivel nacional, se concluye que en el país existen cerca de diez millones de pobres urbanos.
El aumento que se registra, exhibe un nuevo descenso en la situación social ante la falta de trabajo producto de la continuidad de la crisis.
En el 2001, la cifra de personas que en la Argentina se encuentran en la pobreza asciende a unos 11,8 millones, cifra que se incrementó en unos 2,2 millones respecto a los números que se exhibían en 1999.
Así un 32,7 por ciento de la población argentina se encuentra dentro de los estándares de la pobreza: cifra que en 1999 sólo ascendía a unos 9,6 millones de personas.
En la categoría de indigente, en el 2001, el número de personas que se encuentran en este rango asciende a unos 3,7 millones, mientras que en 1999 el número era de 2,7 millones de habitantes.
Para la Fundación Capital, esto estaría estrechamente vinculado al desempleo, que alcanzaría un 18,3 por ciento de la población económicamente activa, y al subempleo, cifra que ronda un 16,3 por ciento.
Esta situación hizo que en los últimos cuatro años el PBI per capita en la Argentina cayera un 15 por ciento, y hace que los ingresos promedios en la población ronden los niveles registrados durante 1992.
La entidad aseguró que la devaluación del peso provocó un pronunciado deterioro en el poder de compra del ingreso real, en especial en el caso de los bienes externos, situando a esta variable por debajo de los 3.700 dólares.
Cuando en 2001, la renta per capita de los argentinos alcanzaba los 3.838 dólares, tras las medidas que impusieron una salida de la convertibilidad y una modificación en la paridad cambiaria peso-dólar hizo caer el ingreso a unos 3.008 dólares.
Desigualdad en alza
Para la Fundación Capital, "esta realidad se agrava por la dispar distribución de los ingresos, tendencia que se registra desde principios de la década del 90, pero que se ha acentuado en el último bienio".
En la actualidad, el cuarenta por ciento más pobre de la población recibe el 21 por ciento del ingreso total mientras que el diez por ciento más rico de la sociedad, se hace del 40 por ciento de los ingresos.
Asimismo, el diez por ciento más rico de la población cuenta con un ingreso que resulta 26 veces superior al ingreso que reviste el diez por ciento más pobre. En tanto, esta diferencia era de sólo 14 a comienzos de la década del 90.
La Ciudad
