Rodolfo Parody / La Capital
Pirané (enviado especial). - Quién dijo que todo está perdido, Tiro Federal? Actuaciones como las de ayer son las que invitan a creer. No es para tirar manteca al techo. Pero evidencian síntomas positivos que alientan a pensar que ingresar al hexagonal final del Argentino A no es una barrera infranqueable. Al menos, en el inexpugnable reducto de 13 de Junio, estuvo cerca de sumar de a tres, aunque el empate no está nada mal. La ciudad de Pirané (pescado hediondo en idioma guaraní), aguardaba confiada la victoria, tal vez recordando el partido de ida en Rosario donde ganaron 2 a 0. Esa expectativa se esfumó en el comienzo cuando el eje por donde pasaba el juego de 13 de Junio, Eduardo Zandoval, fue bien contenido. Mientras que del otro lado, Marcelo Morales inquietaba anticipándose en el juego aéreo a su marcador Sergio Sosa, y Tapita García distribuía con inteligencia. No extrañó entonces que Tiro fuera el primero en llenarse la boca de gol. Zuázaga quiso salir jugando y no hizo más que regalársela a García, quien con sutileza tocó junto al poste derecho ante el retroceso desesperado del arquero Salinas. El gol actuó como un despertador para Mosevich y, fundamentalmente, para Palmerola, que le hizo pasar a Vangioni una tarde de perros. No obstante Tiro se mantenía firme atrás. Hasta que el juez de línea Daniel Navarro se equivocó feo y no levantó el banderín cuando Suligoy, en clara posición adelantada, recibió el pase de Mosevich. El goleador no perdonó y puso las cosas iguales. El trámite se hizo de ida y vuelta, y en ese contexto los de barrio Ludueña estuvieron más cerca. La media chilena de Morales en el área chica y el remate desde afuera del área de Tapita García fueron las últimas acciones de riesgo de la primera etapa. Si bien 13 de Junio no fue una tromba ni mucho menos, cambió la historia. La decisión de cambiarle la marca a Morales -Benítez por Sosa- le restó la principal carta ofensiva a Tiro. A su vez, porque Robles nunca lo acompañó, Tapita se fue quedando, y Ramello se equivocaba parejo. Tuvo mucho que ver en la levanta final Suligoy, que se tiró unos metros atrás, y desnudó algunos problemas de contención de los volantes tirolenses, quizás cansados por la temperatura agobiante. Cuando a Tiro le costaba una enormidad llegar metió un estiletazo a fondo. El desborde de García encontró a Robles, que se la devolvió al ex volante canalla para que la incrustara pegadita al travesaño. Pero las desatenciones le volvieron a jugar una mala pasada. La defensa se quedó atornillada y Suligoy, cuándo no, se elevó en soledad y volvió a equilibrar el marcador. Al final, Albornoz desperdició lo que podría haber sido el triunfo de 13 de Junio. No se hubiera ajustado a lo ocurrido. Tiro sacó pecho en una cancha complicada ante un adversario de cuidado y se quedó relamiendo la victoria. Si tiene memoria la va a encontrar a la vuelta de la esquina.
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