Año CXXXV
 Nº 49.373
Rosario,
lunes  28 de
enero de 2002
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Mar del Plata
Boca-River, los violentos ganaron por goleada
El segundo clásico del verano dejó como saldo un herido grave y varios detenidos

Nuevamente la violencia le ganó al fútbol por goleada y los disturbios en el superclásico de anteanoche en la ciudad de Mar del Plata entre River y Boca dejaron como saldo un herido grave y doce detenidos que enseguida recuperaron su libertad.
Por los disturbios del sábado hay dudas sobre la realización del encuentro previsto para el próximo viernes entre Racing e Independiente -harán todo lo posible para que se juegue-, en la ciudad de Mar del Plata.
De todos modos, aunque parezca increíble, el saldo se puede hasta tomar como positivo porque Télam y varios testigos presenciales pudieron observar cómo barras de River, además de navajas y cuchillos, portaban armas de fuego (se escucharon varias detonaciones) y no hubo, hasta ahora, muertos sólo por un hecho fortuito.
Angel Díaz, integrante de la barra brava de Boca según informó la policía, se encuentra en terapia intensiva y fue intervenido ayer a la madrugada quirúrgicamente en el hospital Interzonal doctor Oscar Alende por dos heridas cortantes: una en el abdomen y otra en la región axilar, según informaron desde la jefatura Departamental de Mar del Plata.
En este momento, Díaz, de 32 años, se encuentra en observación porque por las heridas que recibió, más allá de que la operación fue exitosa, son graves aunque no correría riesgo su vida, según indicaron fuentes del hospital Interzonal.
El barrabrava de Boca internado es el hincha (vestido de jeans y remera azul) que las imágenes de televisión captaron justo en el momento que era rodeado en la platea descubierta del estadio mundialista de Mar del Plata por sus pares de River, que lo golpearon y cortaron con una navaja y un cuchillo.
Asimismo, varias versiones indican que hay otro hincha herido más en el hospital Interzonal, pero la policía y personal del nosocomio desmintieron este rumor.
Además, por los disturbios de ayer también hubo dos suboficiales de la policía marplatense heridos pero ambos después de ser revisados en el hospital Interzonal se trasladaron a sus domicilios sin inconvenientes.
También se atendieron en el estadio mundialista y en distintos centros médicos decenas de contusos y cientos de afectados por los gases lacrimógenos.
Por los disturbios se registraron un total de doce detenidos pero en la madrugada de ayer todos recuperaron su libertad por decisión del juzgado de turno, según explicaron desde la comisaría tercera de Mar del Plata.
En las próximas horas se reunirán los organismos de seguridad y la gente de la organización de los torneos de verano para definir si se juega el viernes que viene en Mar del Plata el clásico de Avellaneda entre Independiente y Racing.
El año pasado después de los disturbios entre River y Boca se jugó el clásico de Avellaneda y en ese partido también hubo graves enfrentamientos entre ambas barras (más violentos que los del superclásico, pero fuera del estadio), que dejaron un saldo de varios heridos, de bala y de arma blanca.
En principio, la idea es que el clásico de Avellaneda se juegue (sobre todo por la presión que ejercerán los organizadores de los torneos de verano, la empresa TyC) aunque alguno de los organismos de seguridad recomendará, según pudo averiguarse, su suspensión (ver aparte).
El sábado en el estadio mundialista de Mar del Plata se vivieron momentos de un caos total, con la gente corriendo sin saber a dónde, con los gases lacrimógenos afectando sólo a la gente común, chicos perdidos por doquier, madres llorando porque no encontraban a sus hijos, hecho que en forma rápida la gente de prensa pudo solucionar ubicando a los extraviados y llevándolos hacia un sector donde se podían reencontrar con sus familiares.
Los disturbios comenzaron en la platea descubierta del estadio mundialista cuando hinchas de River comenzaron a pelearse entre ellos por la ubicación de una bandera.
Los barras de River al darse cuenta de esa situación saltaron a la platea (sólo tenían que esquivar una pequeña valla) y se dieron cuenta que no había policías y podían robarse sin problemas banderas de Boca.
Esos estandartes de Boca pertenecían, a pesar de estar en la platea, a la barra brava conocida como "El jugador número 12", quienes extrañamente se mueven sin problemas en el estadio de Mar del Plata y al darse cuenta de la maniobra de los de River inmediatamente se dirigieron a ese sector y sacaron sus estandartes.
Separados por butacas y sin presencia policial, los barras se enfrentaron cara a cara, se tiraron piedras, asientos y lucharon con cuchillos frente a la vista de todo el estadio.
El comisario Carmelo Impari, quien sufre una dura interna dentro del organismo y algunos quieren su pase a disponibilidad, aseguró que el cacheo antes de ingresar a la cancha "funcionó a la perfección" pero todos vieron en la platea como las dos barras mostraban sus cuchillos y la sangre desparramada de Angel Díaz sobre el piso del estadio mundialista certifican estas afirmaciones.
Los enfrentamientos entre las barras continuaron durante varios minutos dentro y fuera de la cancha (también en el regreso a Buenos Aires), hasta que la policía pudo separar a los violentos.
Cuando las dos barras ya estaban alejadas, la policía tuvo varios encontronazos con los hinchas de River comunes, que no sabían para dónde correr porque de un lado estaban los gases y del otro los violentos de Boca.
Mientras la policía reprimía ya no a la barra de River sino que a gente que nada tenía que ver con los disturbios, los integrantes de la "12" estaban en la puerta del estadio cargando banderas en una camioneta que salió del estacionamiento de la cancha, al que sólo se puede ingresar siendo acreditado por la organización.
La violencia nuevamente le ganó por goleada al fútbol, que sigue siendo cómplice de los barras y que de esta manera alejará más aún a las familias de las canchas porque está visto que la inseguridad dentro y fuera de los estadios es total. (Télam)



Los hinchas millonarios tenían hasta armas de fuego.
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