Año CXXXV
 Nº 49.371
Rosario,
sábado  26 de
enero de 2002
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La historia de una trama prolijamente oculta
Los dichos de un hijo del jerarca nazi pusieron en la pista al checo que había sido confinado en Dachau

Hermann llegó a Buenos Aires en 1936, huyendo de los nazis. Algunos años después de su llegada en Buenos Aires él perdió su vista como una secuela de los golpes severos que agentes de la Gestapo le dieron en Dachau.
Hermann, su esposa y su hija Sylvia se establecieron en el barrio Olivos como alemanes no judíos.
Sylvia llegó a trabar amistad con los hijos de Eichmann, en particular con el de mayor edad, Klaus, quien visitó el hogar de Hermann varias veces. En esas ocasiones, el muchacho habría puesto de manifiesto una claro sentimiento antisemita; inclusive, llegó a lamentar que los nazis no hubieran podido concretar "el exterminio de los judíos", según Goni. También, Klaus deslizó en esos encuentros que su padre había desempeñado servicios durante la Segunda Guerra.
Sylvia nunca fue invitada a la casa de Eichmann. Al parecer, los hijos del nazi no sabían que él vivía en la Argentina con el pseudónimo de Klement, puesto que insistió en que su prole llevase el apellido paterno.

Alejamiento
Unos años más tarde, la familia Hermann se mudaron a la localidad bonaerense de Coronel Juárez. Pero en 1957 el nombre de Adolf Eichmann comenzó a aparecer en las primeras planas de los diarios alemanes. Hermann no tardó en relacionarlo con la familia amiga de su hija, y mandó una nota a las autoridades judiciales de Francfort. Su carta cayó en manos de Fritz Bauer, un general que actuaba como abogado del Estado que fue quien condujo en 1963 las investigaciones sobre Auschwitz.
Bauer manejó la información con cautela porque sabía que cualquier acción sería advertida al nazi. En septiembre de 1957 informó en forma confidencial a Israel sobre la cuestión. El Mossad envió a Yoel Goren, quien luego de inspeccionar el barrio dijo que era imposible que un nazi viviese allí.
Bauer insistió y logró una segunda misión a cargo de Efraim Hofstetter, quien visitó el Hermann y su hija en Coronel Suárez. El refugiado checo se quejó y sostuvo, a los gritos, que con la información que él había dado alcanzaba para detener a Eichmann. Pero Hofstetter necesitaba más pruebas.
Por fin, el Mossad envió un comando a Buenos Aires para secuestrar a Eichmann. Habían desechado el pedido de extradición para no tropezar con los mismos escollos que impidieron a Alemania extraditar a José Mengele del Brasil.
El 11 de mayo de 1960, Eichmann fue interceptado en un camino vecinal cuando volvía de su trabajo y llevado a un lugar secreto donde fue retenido por diez días. El 21 de mayo, Eichmann fue obligado a ponerse el uniforme de un asistente de vuelo de la aerolínea El Al, y traslado por la fuerza a Tel Aviv.
El 23 de mayo, el primer ministro israelí, David Ben Gurian, anunció su captura al mundo. "Eichmann está ya en este país bajo detención". No agregó que un hombre oculto, que vivió en una humilde casa en el medio de la Pampa había alcanzado lo que parecía imposible.
Eichmann fue encontrado culpable en Jerusalén y fue colgado el 31 de mayo de 1962. Sus últimas palabras fueron "Larga vida a Alemania, larga vida a Argentina, larga vida a Austria. No me olvidaré de ellas".


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