El director del Mossad, Isser Harel admitió, recién en 1971, el rol de Hermann en el caso Eichmann. En julio de 1972, la primer ministro Golda Meier pagó la recompensa al refugiado checo. Lothar Hermann localizó sin ayuda al criminal nazi y también solo tuvo que sacar de su letargo a los servicios de inteligencia israelíes, que había demostrado decididamente poco interés en perseguir el caso de Adolf Eichmann.
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