La salida del intendente Carlos Torres para recibir el petitorio fue uno de los momentos más tensos. Con una discreta pero evidente guardia policial y con un pie enyesado, Torres llegó hasta la entrada a la Municipalidad. Recibir el escrito le costó ser blanco de varios insultos. Desbordada, una mujer le gritó que desde noviembre espera un turno en el barrido, pero la oportunidad nunca llega. "Lloré en su casa y usted me dijo qué hacía con cien pesos, tengo cinco hijos y soy jefa de hogar", clamó entre llantos. Varios de los portavoces de la marcha encauzaron lograron entregarle el petitorio. "Estamos haciendo lo que podemos, cuánta gente podemos tener en la Municipalidad, hay gente que no trabajó nunca, pero no hay fondos para dar respuesta a todos", explicó Torres. Recordó que desde el Ejecutivo, en forma mensual hay un aporte de cien pesos para las instituciones y la gente, y que renunció al sueldo del hospital.
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