Opinión: Un debate para alquilar balcones

Daniel Leñini / La Capital

Media docena de reuniones de vecinos de clase media de Alberdi provocaron la concurrencia, dos veces, del intendente Hermes Binner y la promesa de hacer públicas cuestiones generalmente ocultas: por ejemplo difundir en Internet la nómina de los "8.500 empleados" (siempre se dijo que eran alrededor de 6.600) con el sueldo, categoría y fecha de ingreso a la Municipalidad. Entre paréntesis: así se podrá saber, por ejemplo, qué administración fue la que más aumentó la planta: si la de Horacio Usandizaga, Héctor Cavallero o el propio Binner.
Sería bueno conocer la fórmula del Foro Alberdi (grupo que nació junto al corralito y los cacerolazos en la plaza del mismo nombre) para trasladar cuestionamientos y arrancar compromisos a otro sector que transitó plácidamente todos estos años: la Legislatura santafesina.
Dos domingos atrás este diario abrió la sección Política dando cuenta de la proclama y la intención de gobierno y legisladores provinciales de avanzar en la reforma de la Constitución, que permita entre otras cosas reducir el costo de la política.
A 15 días de aquel anuncio (adornado con una visita del ministro de Gobierno, Lorenzo Domínguez, a Binner), no queda nada. También entre paréntesis: la Legislatura provincial se consumió en los 10 años de la abolida convertibilidad (1991-2001) 750 millones de pesos: el equivalente a dos puentes Rosario-Victoria o a 70 hospitales modelo.
Pocos ciudadanos rosarinos estarán conscientes de que la última vez que sesionó la Legislatura provincial estaba todavía De la Rúa como presidente: fue para aprobar la ley de casinos y parece hace medio siglo. Las cámaras volverán a reunirse recién en mayo cuando se declare la apertura de sesiones ordinarias.
¿Como defendería cualquier legislador provincial ante un Foro Alberdi la actitud de seguir cobrando las dietas durante seis meses de virtual licencia en un país a punto de desangrarse, con 27 muertos sobre sus espaldas y con un tercio de su clase media engrampada en el corralito?
Además de dieta, oficina, asesores y celulares, los 50 diputados y 19 senadores disponen de una partida mensual de 5.000 pesos los primeros y 6.000 los segundos para subsidios a instituciones. ¿Qué diría ante un Foro Alberdi cualquiera de los legisladores si se les pide se publique en Internet la nómina de los beneficiarios a los que enviaron la plata, por ejemplo, a lo largo de los años 2000 y 2001, con el detalle completo mes a mes?
Se trata de 350.000 pesos mensuales y cuatro millones anuales salidos del bolsillo de los mismos contribuyentes que a lo largo de más de 15 años no tuvieron ni idea de la existencia de esos subsidios. Y que en ese caso, no los hubiesen aprobado: el razonamiento más lógico sigue indicando que los legisladores no están para tarea social sino para legislar, y que por lo tanto las partidas deberían lisa y llanamente eliminarse.
En un país que sigue entendiendo que el único sector que no se ajustó es la clase política sería interesante un debate abierto entre representantes y vecinos sobre esos temas. Si se los cita, puede que algunos diputados o senadores concurran a una reunión de esas características. Ese encuentro también resultaría interesante; tanto o más que el de Binner el jueves pasado a la noche. Sería -como se dice- para alquilar balcones.