Año CXXXV
 Nº 49.369
Rosario,
jueves  24 de
enero de 2002
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Quince jóvenes impulsaron una protesta en la seccional de La Paz al 400
Menores detenidos incendiaron colchones en reclamo de traslados
Cuatro policías fueron atendidos por principio de asfixia. Los internos sufrieron escoriaciones

Quince menores detenidos en el penal que se encuentra en la comisaría 4ª, de La Paz al 400, iniciaron una protesta ayer a la tarde que terminó con el incendio de varios colchones. Distintas fuentes oficiales aseguraron que los jóvenes sólo sufrieron escoriaciones, en tanto indicaron que cuatro uniformados fueron atendidos por principio de asfixia. Tras la protesta, los menores fueron trasladados a otras dependencias.
El motín se inició a las 15.40 cuando los jóvenes, que se encontraban en el patio del penal, amontonaron "un par" de colchones frente al portón de ingreso y los prendieron fuego, dijo el titular de la comisaría Hugo Alberto Correa.
El jefe policial señaló que el patio tiene una dimensión de 30 metros cuadrados, y que los jóvenes cuentan con ese espacio desde las 8 de la mañana hasta las 22, cuando son encerrados en tres penales para dormir. Correa señaló además que los penales no estaban superpoblados, ya que tienen capacidad para 15 detenidos.
Según los voceros, la protesta se originó por el pedido de traslados. Pero los jóvenes habrían manifestado su reclamo con anterioridad. Correa señaló que habían escrito notas en las que solicitaban su pase a otras seccionales para estar más cerca de sus familiares. Esos escritos, que debían ser elevados a los juzgados, iban a ser entregados ayer a la tarde a un psicólogo que habitualmente los visita, indicó.
Precisamente este profesional -que no fue identificado- se encontraba en la seccional cuando comenzó el incendio, según indicó el comisario.
El fuego fue controlado con extinguidores por el personal policial de la seccional -unas 8 personas-, aunque minutos después llegó una dotación de bomberos para extinguirlo totalmente.
Para apagar el fuego, los menores fueron trasladados a un patio que se encuentra frente al portón de ingreso a la comisaría, frente al penal de mujeres que también funciona en ese edificio, aunque en forma independiente de la seccional.

Golpes y balazos
Algunos vecinos, que vieron el incidente desde la vereda, aseguraron que los menores fueron golpeados con baritones, en el suelo, tras ser sacados del patio del penal. "Gritaban y se cubrían la cabeza con los brazos mientras les pegaban con palos" indicaron muchos de los testigos. También aseguraron que los policías hicieron disparos intimidatorios, aunque ambas afirmaciones fueron negadas por Correa.
Los voceros policiales indicaron que como consecuencia de los métodos utilizados para apagar el fuego "la brusca entrada al patio del penal y la potencia de los extinguidores", los menores sufrieron algunas escoriaciones y golpes. Pero distintas fuentes señalaron que no estaban heridos.
Por su parte, tres agentes y un suboficial fueron atendidos por principio de asfixia. Se trata de los agentes Jorge Gallo, Manuel Aquino y Walter Rasón y el cabo primero Osvaldo Rial, quienes fueron atendidos por un servicio de emergencias médicas. Los voceros indicaron que Rasón sufrió quemaduras en uno de sus brazos, además del principio de asfixia y Gallo fue derivado al Heca para su observación.
Tras la revuelta se presentó en la seccional el titular de la Dirección del Menor en conflicto con la ley penal, José Albrizio, quien indicó que tres de los jóvenes serían trasladados al Irar (Instituto de Recuperación del Adolescente Rosario), dos a la granja de rehabilitación ubicada en General Lagos y otros a distintas dependencias policiales de Rosario, como los penales de las comisarías 1ª y 21ª.



El fuego fue controlado por los propios policías.
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