"Amsafé se equivoca al anunciar que no comenzarán las clases el 4 de marzo". De esta forma, el ministro de Educación de Santa Fe, Alejandro Rébola, les contestó a los dirigentes del gremio docente, quienes anteayer le pidieron la renuncia y le advirtieron que peligra el inicio del ciclo lectivo en caso de que la provincia recorte horas del nivel superior. "Saben que la Nación dejó de mandar los 15.800.000 pesos anuales para los sueldos de los institutos de formación docente. Saben que el año pasado sólo recibimos 2.406.000 pesos de esa suma, que la provincia pagó lo que faltaba y que nadie se quedó sin cobrar. Saben que en diez cuadras a la redonda tenemos más de un profesorado entre oficiales y privados subvencionados por el Estado con la misma oferta educativa, y que formamos docentes que luego no tienen trabajo. No podemos seguir así", agregó el funcionario. Entre otras cosas, Rébola le dijo ayer a La Capital que no dejará su puesto porque él está para "ayudar al gobernador (Carlos Reutemann) y no para darle problemas". Que la prioridad de la provincia es sostener la educación obligatoria, el segundo año del polimodal, la enseñanza especial y los comedores escolares. Y al gremio le recomendó: "No hay que hacer de cada establecimiento un «fortín», como dijo Amsafé, basta con abrir las escuelas". -Ayer (por anteayer) estuvo reunido con la ministra de Educación de la Nación, Graciela Giannetassio. ¿Le dijo si pagará o no el incentivo adeudado de 2001 a los docentes? -No dijo cuánto pagará, pero anticipó que para la segunda quincena de febrero se abonará una parte. -Los gremios anunciaron que si eso no se cumple peligra el inicio de clases. -Bueno, hay que entender que la gestión de Giannettasio, que lleva diez días, se tiene que hacer cargo de las cuentas impagas del gobierno anterior. Esto sucede con el incentivo y también con los sueldos de los profesores de los institutos de formación docente de la provincia. Desde el 92 al 99 recibimos más de 15 millones, en el 2000 la cifra cayó a 13 millones y el año pasado a 2 millones. Encima, mientras a nosotros nos giraron sólo el 19 por ciento, la ciudad de Buenos Aires recibió el 67 por ciento. -¿Por qué cree que sucedió esto? -Por compromisos políticos. Y lo dejé en claro en el Consejo Federal, pero muchos se hicieron los distraídos. Santa Fe no puede seguir absorbiendo con el esfuerzo de sus habitantes lo que no cumple la Nación. Esto el gremio lo sabe. Sabe que hicimos esfuerzos y que nadie quedó sin cobrar, que metí guadaña en gastos administrativos y gastos superfluos. Amsafé no puede decir que ajusto por ajustar. -Dicen que dejará a muchos docentes en la calle. -No es verdad. No se va a cerrar ninguna carrera y nadie quedará sin trabajo. Pero debemos repensar las cosas. No puede ser que en pueblos de 7 mil habitantes me haya encontrado con cursos de peluquería para tirar para arriba. Que formemos, por ejemplo, a 250 docentes de geografía por año, cuando la provincia puede necesitar a lo sumo unos 20. ¿Por qué no dejamos las cosas que no son imprescindibles para más adelante? ¿Por qué estafamos a los alumnos? Porque si los formamos y luego no encuentran salida laboral los estamos estafando. Hay sobreoferta en los magisterios de jardín, de EGB, en los profesorados de periodismo, en todas las ramas. Todo esto debe reprogramarse, no podemos seguir brindando la misma enseñanza en tres institutos distintos, en diez cuadras a la redonda. Mi plan para este año es hablar con los presidentes de comuna y que ellos me digan qué necesitan. ¿Van a hacer una obra de gas? Entonces formaremos a instaladores gasistas, pero por tres meses, no por años, con vacaciones y aguinaldos incluidos. La prioridad para mí no es la educación no formal, sino la obligatoria, las 180 mil raciones de comida diaria y las 423 mil copas de leche de los comedores, entre otras cosas. -¿Cuál será el presupuesto educativo con que contará la provincia este año? -Se reducirá en 22 millones. Nos habían prometido 914 millones de pesos con incentivo y programas nacionales de capacitación y equipamiento incluidos, pero luego la Nación no pagó. Además, ¿sabe cuánto tiene la pobre ministra para repartir ahora entre las 24 provincias? 14.258 millones. Con decirle que ayer (por anteayer, en la reunión del Consejo Federal de Educación), tras cuatro horas de forcejeos, logré conseguir para la provincia 1.110.000 pesos de los 990 mil que nos habían fijado. -¿Para qué le alcanza? -¿Eso? Apenas para poner a punto por estos días algunos techos, baños y aulas para el 4 de marzo, día en que estamos dispuestos a empezar las clases a pesar del difícil momento en que vivimos: de una caída de recaudación provincial y nacional catastrófica y un crédito pedido al Banco Mundial para la educación de todo el país que quedó en suspenso. Por eso insisto, por más que protesten, no me sacarán la plata que no tengo. -Más que plata le pidieron la renuncia... -Yo seguiré trabajando como el primer día, de la noche a la mañana. Si renuncio, posiblemente me saque un problema de encima, pero las cosas no se solucionarán. Ni Reutemann ni yo podemos hacer milagros.
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