Con la misma velocidad que hace unos años armaron sus valijas para arribar a un país próspero, miles de migrantes sudamericanos están dispuestos a desandar lo andado, desanimados por la falta de trabajo y la crisis económica que afecta actualmente a Argentina.
A mediados de los 90, Argentina crecía a ritmo sostenido, su moneda tenía el mismo valor que el dólar. Esto la convirtió en la tierra de las oportunidades para bolivianos, paraguayos y peruanos.
Miles de chilenos se establecieron en Argentina, básicamente por razones políticas y también para saborear la bonanza que se vivía del otro lado de los Andes.
Esas esperanzas se fueron desvaneciendo al mismo ritmo que en Argentina crecía el desempleo y la pobreza afectaba al 45 por ciento de sus habitantes.
"Sí que hay gente que regresa, sí que la situación económica actual ha afectado a muchos compatriotas", afirmó el cónsul adscrito del Perú en Buenos Aires, Lazeth Ludeña.
El golpe de gracia llegó con el nuevo gobierno y puso fin a una década de convertibilidad y luego devaluó la moneda en 28,57 por ciento para el cambio fijo.
Un peso argentino dejó de ser igual a un dólar y en el mercado libre llegó a venderse a la mitad de su valor, perjudicando a los miles de migrantes que abastecían con el billete verde estadounidense a sus familias en sus terruños.
"Ganas (de volver) no me faltan, pero acá trabajo en una casa de familia. Mando casi todo a mi mamá y dos hermanos, esto (la devaluación) es terrible, ya no me conviene el cambio", protesta Ana Yambía, paraguaya de 47 años que vive hace ocho en Buenos Aires.
Los paraguayos, bolivianos y peruanos han constituido el mayor flujo migratorio hacia Argentina en los últimos diez años. Según cifras oficiales, entre 1994 y 1998 se radicaron unas 34.518 personas de esas nacionalidades. Pero las cifras de las representaciones diplomáticas superan ampliamente a los datos oficiales. Se estima que en Argentina viven más de medio millón de bolivianos, cerca de 200.000 peruanos y 220.000 chilenos. No existe un dato actualizado de la presencia paraguaya.
Según el secretario de la oficina de repatriación de Paraguay en Argentina, Marcos Rolón, "de un promedio mensual de 20 familias que se vuelven, en diciembre subió a 34, lo que equivale a más o menos 85 personas. Creo que la cifra va a seguir aumentando, vienen muchas familias a consultar", afirmó.
Las razones son casi siempre las mismas. "Además de la desocupación, ahora con la devaluación se sumó un nuevo problema porque a la gente que cobra en pesos y manda plata a Paraguay, no le rinde porque el peso está muy bajo frente al guaraní (la moneda paraguaya)", dijo Rolón.
Para la comunidad boliviana, la más numerosa, las cosas se pusieron cuesta arriba pues muchos de sus integrantes trabajaban en quintas, el comercio minorista o en la construcción, sectores que quedaron paralizados por la crisis.
"La verdad es que no estoy bien, las cosas se pusieron difíciles. Yo vine acá porque la moneda era como el dólar y me resultaba para mandar a mi familia que está allá (en Bolivia), pero ahora no es igual y no sé qué voy a hacer", contó al borde del llanto Carlos, un vendedor de verduras.
Chilenos vuelven a cruzar los Andes
Según el último censo realizado en 1991, unos 220.000 chilenos viven en Argentina, concentrados fundamentalmente en las zonas limítrofes de Mendoza -a 380 kilómetros de Santiago- y de Neuquén, mientras que en las afueras de Buenos Aires residen unos 70.000 ciudadanos originarios del país trasandino.
"Notamos un aumento muy claro en la cantidad de trámites para irse de Argentina por parte de mis compatriotas, esto se da porque Chile está muy bien, y bueno, Argentina... ya conocemos la situación", dijo el cónsul general de Chile en Buenos Aires, Enrique Melkonian. En Mendoza, una asociación de residentes estima que en los últimos dos meses alrededor de 3.000 chilenos decidieron armar sus valijas y abandonar el país. (Reuters)
La Ciudad
