Addis Abeba y Nairobi. - Terroristas de Al Qaeda desembarcan en Somalia "casi todos los días y su objetivo es resistir una intervención internacional", denunció ayer Hussein Aidid, uno de los principales "señores de la guerra" somalíes, y ex marine estadounidense.
Aidid ya había afirmado que el sábado 12 de enero llegaron al país líderes de la red de Osama Bin Laden presumiblemente provenientes desde Afganistán, pese al control militar en las costas de 3.300 kilómetros de Somalia.
Fuentes diplomáticas y militares en Addis Abeba, Etiopía, y en Nairobi, Kenia, sostienen que si es verdad que una avanzada de Al Qaeda llegó a Somalía, seguramente encontró refugio, "y porqué no, asilo" en Mogadiscio.
Según Aidid, esta delegación de altísimo nivel desembarcó en el puerto de Habiyo, 300 kilómetros al norte de Mogadiscio. Esta es una las pocas áreas bajo el control del Gobierno de Transición Somalí (TNG), a la que los "señores de la guerra" del Consejo de Reconstrucción y Restauración Nacional (SRRC) no reconocen porque lo consideran ligado al terrorismo islámico.
Según explicó Aidid, la composición de la delegación de Al Qaeda es la siguiente: el jeque Abdel Rhjeman Khaled Subir, saudita; Hassam Elmi Magan, somalí; y los egipcios Abdulahi Dubom, jeque Said Abu Noussa y Mohammah Abdullah Moruff. Para Aidid, a la cabeza del grupo está Osama Borro, un somalí considerado un dirigente histórico de Al Qaeda.
Pese a que no existió ninguna confirmación oficial, desde muchos sectores -incluso neutrales- las declaraciones de Aidid sonaron creíbles, menos para el TNG, que desmintió la versión.
Según las fuentes consultadas, son diversas las estimaciones sobre el impacto que pueden tener sobre Somalía la llegada de los hombres de Bin Laden. Muchos observadores consideran "modesto" el impacto, pero son "gravísimas" para el ahora influyente Aidid, co-presidente del SRRC, bajo cuyo control está gran parte del país, sobre todo el sur de Mogadiscio.
Armas y financiamiento
"El grupo llegó no sólo para estudiar formas de resistencia en caso de un ataque internacional pero también para preparar enfrentamientos con el SRRC y Etiopía. Reciben armas y financiamiento de países árabes, sobre todo de Libia, Egipto y Arabia Saudita", denunció el dirigente.
Agregó que "las armas llegan al TNG y a la organización terrorista al Itthad al Islam", considerada una aliada histórica de Al Qaeda.
La posición de Aidid y del SRRC aparece para muchos diplomáticos extranjeros como excesiva y unilateral. Si bien es verdad que el TNG es reconocido por la ONU, y tiene sectores cercanos al integrismo (no necesariamente filoterrorista), también lo es el hecho de que el SRRC sólo está unido por la oposición al grupo rival.
Fuentes diplomáticas y militares consideran que existen muchas dudas sobre la utilidad de una intervención militar internacional en Somalia similar a la de Afganistán, como invocan los "señores de la guerra".
Más realista aparece la opción de una acción contra objetivos precisos y limitados. Lo que ocurre, comentó un observador internacional, "es que no hay nada contra qué luchar: no hay Estado ni un gobierno formal".
La indicación que prevalece es la de una intervención política y económica para restaurar el Estado de Somalia, que no funciona como tal desde la caída de Siad Barre en 1991 y que convirtió al país en santuario perfecto para cualquier aventura política y militar. En ese sentido, es central el rol de los gobiernos de la región, a los que el SRRC rechaza, y en particular de la pragmática Etiopía, "titiritera" de los señores de la guerra, que es uno de los referentes para Somalia. (Ansa)