Nueva York. - La administración de George W. Bush debió admitir que el vicepresidente Dick Cheney hizo gestiones para que la hoy quebrada empresa energética Enron cobrara 64 millones de dólares relacionados con un gran proyecto en la India. "Fue una intervención justificada por la necesidad de proteger a trabajadores y contribuyentes estadounidenses", se excusó el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
El vicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney intentó ayudar en junio pasado a la compañía de energía Enron para que cobrara un crédito de 64 millones de dólares ligados a un gran proyecto energético en India.Así se lee en un e-mail del gobierno federal, publicado por el periódico Daily News. "La buena noticia es que Cheney mencionó ayer a la Enron en su encuentro con la líder de la oposición Sonia Gandhi", se lee en un e-mail que un funcionario del National Security Council escribió en junio de 2001.Otros dos e-mail indican que el presidente George W. Bush intentó abordar la misma cuestión en una reunión con el primer ministro indio Atal Bihari Vajpayee.La idea fue tratada por ambos líderes con la Maharashtra Stae Electicity Board, para la construcción de una enorme planta en India.
Sin embargo, la portavoz de Cheney, Mary Matalin, negó que representantes de Enron hayan solicitado la intervención del vicepresidente.
Pelea con la Andersen
En tanto, Enron, que presentó su quiebra, y Arthur Andersen, la firma de revisión de cuentas que certificó los balances, se intercambian recíprocas acusaciones y buscan descargar una a otra la responsabilidad de lo que ocurrió.Lo informó el New York Times, que recordó que el presidente de Enron, Kenneth Lay, es amigo y financió las campañas políticas del actual presidente George W. Bush. Se están realizando investigaciones judiciales y parlamentarias para intentar aclarar la quiebra.
Enron despidió el jueves a la Andersen, a la cual acusó de haber destruido los documentos relativos a sus controles de contabilidad. El New York Times escribió que Lay se liberó de acciones pocos días después de haber recibido una carta de la compañía de revisión, que lo advertía de los problemas contables.Lay, sin embargo, no dijo nada a los accionistas y a los empleados, cuyos fondos de pensión estaban en acciones de la empresa. (Ansa)