Cualquier transeúnte lo sabe: no es fácil caminar por las veredas de Rosario. Y el viaje se complica más aún en la zona entre avenidas. Es que cada cuadra del macrocentro tiene, en promedio, dos metros cuadrados de veredas rotas, baldosas flojas y deterioradas. El dato surge de un relevamiento que realizó el bloque de concejales del Partido del Progreso Social (PPS) que presentó un proyecto para exigir a la Municipalidad la inmediata reparación de estas aceras. La iniciativa contempla también que estas tareas se realicen contratando cooperativas de desocupados.
En toda la zona comprendida entre Salta, Avellaneda, 27 de febrero, Ovidio Lagos, Seguí y el río se extienden 5.200 metros cuadrados de vereda que resultan intransitables. Muchos de estos baches se estacionaron hace años en el frente de locales vacíos, casas deshabitadas o baldíos. Otros, inexplicablemente, persisten en las puertas de comercios o propiedades horizontales.
El mantenimiento de las aceras es obligación de los fronteros; sin embargo, el presidente del bloque del PPS, Ricardo Marengo, recordó que el Fondo Municipal de Obras Públicas prevé la disposición de partidas presupuestarias para la ejecución y reparación de veredas.
"No se puede seguir castigando a los vecinos", estimó Marengo, y consideró que estas tareas "ayudarán a mejorar la calidad de vida de los rosarinos".
Es que la falta de conservación de aceras no sólo deteriora el aspecto urbano de la ciudad, sino que causa numerosos accidentes y trastornos a quien las transita cotidianamente.
Basta escuchar a los vecinos de Urquiza entre Entre Ríos y Corrientes, cuya vereda par está plagada de pequeños cráteres. "Si hiciéramos un libro de quejas para todas las personas que se tropiezan o se caen en esta cuadra, en un día llenaríamos varios tomos", bromeó un comerciante de la zona.
Y los testimonios se multiplican a medida que uno se aleja un poco más del centro. "¿Para qué voy a gastar en arreglar la vereda si este árbol me levanta todas las baldosas?", se preguntó una vecina de La Paz al 400, cansada de convivir con un plátano y un sinfín de baldosas flojas en su frente.
Generar trabajo
La reparación de un metro cuadrado de vereda cuesta aproximadamente 16 pesos. La tarea no necesita de herramientas costosas ni de mucha calificación. Por esto, la iniciativa del PPS prevé que estos trabajos puedan realizarse utilizando cooperativas de trabajo formadas por personas desempleadas.
Al mismo tiempo, el proyecto estipula que estos puestos de trabajo podrían solventarse con el Fondo Solidario Municipal creado a partir del ahorro en el presupuesto del Concejo.
Para Marengo, la ecuación es redonda. "Estaríamos produciendo dos beneficios: por un lado mejoraríamos el aspecto de la ciudad y, por otro, crearíamos fuentes de empleo para sectores con poca calificación, que son los más desprotegidos por la sociedad".
La Ciudad
