El sol se desploma vertical, autoritario. Sus tentáculos serpentean entre el verde espeso de las sierras, en su afán por cubrir la majestuosidad imperante. Casas de arquitectura muy bajas salpican el semblante natural y compiten con la impertinente modernidad en eso de pintar la acuarela del paisaje. Entonces, basta caminar un par cuadras por la avenida Avellaneda, en el límite de la calle 9 de julio, o por el barrio Jardín, para comprender la personalidad de esta ciudad de 120.000 habitantes, famosa por sus quesos y salamines y la leyenda de la piedra movediza. Tandil es eso, pero también es el lago del Fuerte, es el cerro La Centinela y es el paseo tradicional Parque Independencia: aquí lo serrano es superado por lo cautivante, lo sofisticado por lo enigmático y lo irracional por lo tranquilo.
Todo es mansedumbre en esta localidad bonaerense. Si hasta parece que en el país del corralito, su gente no se siente acorralada a excepción de la serenidad. Por eso se muestra como el lugar ideal para inaugurar un ciclo. Y Daniel Teglia lo sabía, quizás por eso cuando empezó a moldear su bautismo como técnico de la primera canalla junto a su equipo de colaboradores nunca dudó de que esta era la ciudad que necesitaba para cocinar su idea futbolística.
Y aquí instaló su centro de operaciones el plantel el domingo por la noche. Por estos lares, también cumplió ayer con la primera jornada de exigencia a full y máxima concentración. A diferencia de la pretemporada que realizaron con Jota Jota López el año pasado en Villa Carlos Paz, la rutina arrancó a las siete y media de la mañana. Unos minutos antes, los jugadores hicieron una colación de jugos y frutas y luego fueron caminando hasta el dique y lago del Fuerte, donde trotaron por grupos en un trabajo fraccionado de cuatro repeticiones de 2.000 metros con sus respectivas pausas, y terminaron la primera cita del día con una tarea de flexibilidad en el parque de la hostería Casagrande.
Luego los jugadores se internaron en el comedor del búnker, deglutieron un desayuno sustancioso y se prepararon para el turno alternativo, así les gusta nombrar a Teglia y el profe Paolella a la práctica antes del mediodía (11.30), que consistió en la acostumbrada sesión de relajación de músculos también en el lugar del esparcimiento que tiene la hostería en Tandil. Almuerzo, siesta reparadora para recobrar fuerzas y ponerse las pilas para el entrenamiento con pelota de la tarde en el Uncas Rugby Club.
Con respecto al desglose de las prácticas en esta primera semana de trabajos, el preparador físico Walter Paolella sostuvo que "la idea es mantener durante los doce días de pretemporada este turno alternativo antes del almuerzo. Hoy (por ayer) realizamos algunos movimientos en el hotel, porque la mañana estaba un poco fresca para que los muchachos fueran a la pileta. Pero esa especie de tercer entrenamiento también lo vamos a cumplir en el gimnasio", acotó.
Sobre los resultados que arrojó el primer test riguroso en la parte física de la pretemporada tandilense, Paolella se mostró muy conforme con la respuesta evidenciada por el plantel.
"Los muchachos están muy bien, era previsible que ocurriera eso porque nosotros en los días que trabajamos en la ciudad deportiva habíamos hecho una evaluación minuciosa del estado físico en que habían llegado de sus vacaciones y los grupos fueron confeccionados en base a esas valoraciones previas. Por eso con el transcurso de los días los jugadores incrementarán el volumen de trabajo y la intensidad", reflexionó uno de los preparadores físicos que acompaña a la delegación, el otro es Quique Cessana.
La hora de la pelotita
Como esos profesores que no ven la hora de demostrar delante de sus alumnos que su capacidad discursiva condice con su manera de proceder, Daniel Teglia vivió con mucha intensidad su estreno como entrenador en una pretemporada de primera división. Si bien el técnico canalla tuvo varios años de enseñanza cuando Edgardo Bauza conducía al equipo y él lo acompañaba en los trabajos en La Cumbre, ahora la responsabilidad es diferente. Sabe que su papel no es más secundario, le llegó la hora del protagónico y por consiguiente actúa en consecuencia. Por eso ayer en la primera práctica con pelota que llevó a cabo el plantel en el Rugby Uncas Club de esta localidad, Teglia destiló responsabilidad y controló cada movimiento de sus dirigidos y trató de hacerles entender con indicaciones lo que él quiere de su apuesta y en varias oportunidades activó su expresividad: "Muchachos, quiero que traten bien la pelota, si es necesario empezamos de nuevo pero no se olviden que para jugar al fútbol hay que tener la pelota y después darle un destino seguro", fue la sentencia recurrente que deslizó el técnico con sus dirigidos.
Luego de reiterar hasta el hartazgo algunas maniobras que debían realizar los volantes contra los defensores, repartió las pecheras para hacer unos minutos de fútbol y dejó caer un bosquejo del módulo táctico que implementará en este semestre del 2002.
El equipo de los históricos formó con: Tombolini; Daniel Díaz, Canals y Muñoz Mustafá; Vespa, Erroz, Rivarola; De Bruno y García; Arias y Pierucci. Mientras que el de las alternativas que tiene más a mano alistó a Castellano; Diema, Gasparini, Mariano González y Ferrari; Cappelletti, Marcelo Quinteros, Becerra y Encina; Delgado y Figueroa. Por último, el conjunto que se ubica un escalón más atrás estuvo integrado por Manchado; Gasparini -jugó para dos equipos- Talamonti y Raschetti; Echagüe, Ferri, Correa; Mellado y Arriola; Marchano y Vacaría.