El gobierno boliviano ordenó ayer duplicar la vigilancia de la policía aduanera en la frontera con Argentina para evitar un posible crecimiento del contrabando por la inminente devaluación del peso argentino, que abaratará los productos de este origen. El sector agrícola teme que la producción argentina desplace del mercado interno a sus mercaderías como efecto de los bajos precios que causaría la posible devaluación. Sin embargo, el ministro de Hacienda boliviano, Jacques Trigo, confía en que el impacto de la devaluación del peso argentino no será tan fuerte como el causado por el real brasileño, que entre 1999 y el 2001 aumentó los precios internos en un 20 por ciento.
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